El trabajo social es una profesión centrada en las personas. Los trabajadores sociales ayudan a los niños, les derivan a los servicios que puedan necesitar y actúan como defensores.
El objetivo de esta guía es ayudar a los trabajadores sociales a entender mejor los derechos de los niños que se recogen en la Convención sobre los Derechos del Niño (CDN) y ofrecer asesoramiento para respetarlos y ponerlos en práctica. La CDN cubre todos los aspectos de los derechos del niño incluyendo el cuidado y el tratamiento y, por lo tanto, es la base de toda intervención de trabajo social con los niños.
Entender la CDN
No existe una jerarquía en los derechos de la CDN, sino que debe entenderse como un todo. El Comité de los Derechos del Niño señaló algunos derechos como principios básicos relevantes para la interpretación e implementación del resto de artículos y derechos.
No a la discriminación
“Se espera que los trabajadores sociales brinden la mejor atención y asistencia posibles sin (...) discriminación en cuanto a género, edad, discapacidad, raza, color, lengua, creencias religiosas o políticas, propiedades, orientación sexual, condición o clase social” (Política Internacional de los Derechos Humanos, Federación Internacional de Trabajadores Sociales).
Los trabajadores sociales pueden garantizar la igualdad de acceso a los servicios públicos y a las prestaciones sociales de acuerdo con los recursos de los gobiernos nacionales y locales. Tienen la responsabilidad específica de luchar contra cualquier tipo de discriminación, tanto en el ejercicio de su profesión como en el ámbito de las familias y las comunidades en las que están involucrados.
El artículo 2 prohíbe la “distinción alguna, independientemente de la raza, el color, el sexo, el idioma, la religión, la opinión política o de otra índole, el origen nacional, étnico o social, la posición económica, los impedimentos físicos, el nacimiento o cualquier otra condición del niño, de sus padres o de sus representantes legales”.
Por ejemplo, a los niños migrantes a menudo se les trata de acuerdo con su situación de migración más que por su condición de menores. Los niños con discapacidades no siempre tienen acceso a todos los servicios, incluyendo escuelas y hospitales, porque los edificios y carreteras no están adaptados a sus necesidades. Los trabajadores sociales pueden desempeñar un papel clave en el intercambio de experiencias y necesidades de los niños con el fin de introducir cambios.
El interés superior del niño
El artículo 3 de la CDN establece que la consideración primordial a que se atenderá será el interés superior del niño y los asuntos que le afecten, aunque a menudo este principio se pase por alto o quede eclipsado por los intereses de los adultos.
Colocar los intereses del niño en primer lugar no siempre es una tarea fácil, es necesario tener en cuenta muchos elementos y, lo más importante, hay que valorar debidamente su opinión. Por lo tanto, los trabajadores sociales deben ser conscientes de que el interés superior del niño no siempre coincide con el interés superior de aquellos involucrados directamente en su cuidado.
El manual de formación de la Federación Internacional de Trabajadores Sociales sobre El Trabajo Social y los Derechos del Niño ofrece un buen ejemplo de una situación donde están en juego los derechos del niño y su interés superior:
Se propone que los padres que residan en un país en desarrollo den a sus hijos en adopción a una pareja acomodada de un país en desarrollo. Antes se les promete que el niño tendrá comida, un buen hogar y una buena educación. Los padres no quieren perder a su hijo, pero consideran que es una buena oportunidad para lograr una vida plena.
- ¿Cómo podrías apoyar al niño para que exprese su punto de vista sobre la propuesta de adopción?
- ¿Con qué otras opciones cuentan el niño y sus padres?
- En caso de adopción, ¿cómo puede mantener el niño el contacto con su familia?
- ¿Qué se debe hacer para garantizar que la identidad del niño y sus raíces culturales se desarrollen positivamente?
La responsabilidad principal de los padres es asegurar que el interés superior del niño sea la consideración primordial en todos los aspectos que le conciernen. Los trabajadores sociales pueden ayudar a los padres a cumplir dicha responsabilidad. Este apoyo puede evitar la separación del niño de sus padres y asegurar que no se le prive de su entorno familiar a menos que sea en su interés superior.
El derecho a la supervivencia y al desarrollo
El artículo 6 garantiza el derecho fundamental del niño a la supervivencia y al desarrollo en la máxima medida posible. El concepto de “supervivencia y desarrollo” en la máxima medida posible es esencial para la aplicación de todos los derechos recogidos en la CDN.
A menudo, los trabajadores sociales representan un papel importante a la hora de promover el cambio en la política social y en las prácticas tradicionales para que se respeten los derechos fundamentales de los niños a la supervivencia y al desarrollo.
Por ejemplo, en algunas sociedades se practica el infanticidio contra las niñas debido a la preferencia de hijos varones.
El bajo estatus de la mujer en la sociedad y la tradicional preferencia por los varones han hecho que el infanticidio femenino sea un problema importante en la India, China y otras partes de Asia. El infanticidio de niñas se basa en las mismas formas de discriminación de género debido a la preferencia por los hijos varones. Las niñas recién nacidas mueren por causas como agresiones, abandono o negligencias.
Lee el informe sobre Prácticas nocivas basadas en la tradición, la cultura, la religión o la superstición realizado por el Consejo Internacional de ONG sobre la violencia contra los niños.
Se debe implementar el derecho a la supervivencia y al desarrollo reconociendo que la infancia es valiosa en sí misma y que no es simplemente una etapa hacia la edad adulta. Hay que valorar a los niños y respetarles como seres humanos completos desde el momento en que nacen.
El derecho a ser escuchado
El artículo 12 otorga a los niños el derecho a ser escuchados con respecto a cualquier tema que les afecte, sopesando debidamente sus opiniones. Los trabajadores sociales deberán reconocer que los niños son agentes activos de su propia vida y no deben subestimar su conocimiento y comprensión de sus necesidades. No se debe asumir que el trabajador social sabe más sobre la vida del niño que el propio niño.
La CDN no estableció una edad mínima a partir de la cual los adultos están obligados a tomar en serio las opiniones de los niños, por lo que todos los niños tienen el derecho a expresarse y a que sus opiniones sean tomadas en serio.
Por ejemplo, los niños con discapacidades tienen derecho a participar de manera activa en la vida de su comunidad. Para ello, se debe trabajar sobre el comportamiento social y las infraestructuras para proporcionarles el acceso a todos los espacios de la comunidad.
Los niños que se sienten escuchados confían más en el sistema de trabajo social. Algunos niños suelen desconfiar del sistema porque han vivido experiencias anteriores en las que no se les ha escuchado o no se les ha tomado en serio.
A los niños les gusta expresar sus sentimientos y opiniones de distintas maneras, algunos prefieren el lenguaje hablado, otros optan por escribir o incluso dibujar. El entorno que el trabajador social les proporciona es un elemento clave para hacer que los niños se sientan a gusto.
Según la CDN, los niños también tienen derecho a la intimidad y al respeto a la confidencialidad (artículo 16). Llegados a este punto, resulta muy importante deliberar cuidadosamente con el niño o la niña si quiere que la información que ha compartido con el trabajador social llegue a terceros. Es fundamental que se les informe de todas las posibles consecuencias de hablar.
Protección contra toda forma de violencia y abuso
El artículo 19 sostiene que el niño debe ser protegido contra “toda forma de violencia física y mental” mientras se encuentre bajo la custodia de sus padres u otros.
Puede que se implique a trabajadores sociales tras recibir acusaciones de violencia y/o abusos contra los niños. Tienen la responsabilidad de tomar medidas para proteger a los niños si sospechan que han sido objeto de abusos o daños por parte de sus padres, tutores o el personal de la institución en la que el niño se encuentre. El artículo 19 guarda una estrecha relación con el derecho a la vida, la supervivencia y el desarrollo garantizado en el artículo 6 y reivindica el derecho de los niños a que se respete su dignidad y su integridad física y personal.
Los trabajadores sociales cumplen un papel decisivo a la hora de identificar, informar y remitir casos de violencia y abuso. Una vez más, el derecho a la confidencialidad y la privacidad es clave para proteger a los niños de más abusos y para construir una relación basada en la confianza.
En la mayoría de los países es necesaria una reforma de la ley para prohibir los castigos corporales y otras formas de violencia y abuso contra los niños en todos los entornos, incluyendo los hogares. Los trabajadores sociales pueden participar e incluso liderar campañas públicas para llevar a cabo una reforma legal. Visita la página web Iniciativa global para acabar con todo castigo corporal hacia niños y niñas para saber más sobre la reforma legal que hace falta en tu país.
La administración de justicia juvenil
Los trabajadores sociales a menudo están involucrados en el proceso y en los resultados de los sistemas de justicia juvenil. Por lo tanto, deben asegurarse de que se aplican las garantías especiales de un sistema de justicia adaptado a los niños.
Los niños necesitan tratar con un sistema de justicia familiar que minimice los desafíos a los que se enfrentan en cada etapa del proceso legal, uno que les proporcione representación legal gratuita y que asegure los derechos y las garantías de un juicio justo adaptado a sus necesidades.
El artículo 37(b) de la CDN establece que “la detención, el encarcelamiento o la prisión de un niño se llevará a cabo de conformidad con la ley y se utilizará tan sólo como medida de último recurso y durante el período más breve que proceda”. Los trabajadores sociales tienen un papel clave para asegurar que los niños permanezcan alejados del sistema de justicia penal y que se encuentren con un sistema que renuncie a la retribución y se centre exclusivamente en la rehabilitación, prestando la atención necesaria a la seguridad pública y a la protección. Lee el artículo de CRIN sobre Estados que reducen la edad mínima de responsabilidad penal.
La prisión preventiva no solo debe aplicarse de manera excepcional, sino como medida de último recurso. Además, los trabajadores sociales deben asegurarse de que se someta a juicio al niño detenido sin demora.
Uso de drogas
Es habitual que se criminalice a los niños por el uso de drogas. Si son interceptados con drogas y detenidos por la policía, se les puede enviar a centros de detención de menores o cárceles, o a instalaciones de tratamiento o rehabilitación obligatorias donde, en el peor de los casos, pueden ser objeto de tortura, tratos inhumanos o degradantes. Puede que se les expulse de las escuelas e instituciones educativas. En muchos países, como en Jamaica y Bangladesh, los niños permanecen detenidos en las mismas salas que los adultos. Lee el artículo de CRIN sobre Los niños y el consumo de drogas.
No se debería criminalizar a los niños por el uso de drogas. Los trabajadores sociales deberían hacer presión para que el uso de drogas se trate como un asunto de salud pública y para que el foco se centre en la prevención de los daños relacionados con el consumo de las mismas. Además, deberán proporcionarles a los niños que consumen drogas la información adecuada, así como remitirles a tratamientos para drogodependientes y a servicios de reducción de los daños. En caso de que estos servicios no existan, es importante que los trabajadores sociales participen en campañas para su creación.
En 2012, el Comité de los Derechos del Niño instó a Albania a que “hiciese frente a la incidencia de las drogas, así como el consumo de tabaco y alcohol entre los niños, entre otras cosas, proporcionándoles información precisa y objetiva sobre el consumo de sustancias como el tabaco y desarrollando tratamientos para la drogodependencia adaptados a los jóvenes además de servicios de reducción de los daños”.
Detención en caso de enfermedad mental
Los niños que se encuentran en instituciones de salud mental son víctimas de numerosos abusos, tales como la esterilización forzada y el aborto, la negación del alivio del dolor y el uso de la detención involuntaria como “tratamiento”.
“Los centros de atención sanitaria deberían ser lugares donde se respeten los derechos humanos. Sin embargo, con demasiada frecuencia, se convierten en sitios donde los derechos humanos se quebrantan y, a veces, el tratamiento equivale a la tortura o al trato cruel, inhumano y degradante”.
Los niños con problemas de salud mental no deben ingresar de manera sistemática en instituciones. En este caso, los trabajadores sociales pueden garantizar que cuando se produce el ingreso, se hace con el consentimiento del niño o, si carece de capacidad para decidir sobre su tratamiento, se hace en su interés superior.
A menudo, los trabajadores sociales tienen acceso a las instituciones de salud mental donde pueden evaluar los tratamientos que reciben los niños y cómo hacen frente a la situación. Si sospechan de cualquier violación de los derechos, pueden instar a las autoridades a iniciar una investigación respecto al tratamiento que el niño está recibiendo en dicha institución. Es muy importante que se tomen todas las medidas necesarias para que los niños reciban la mejor atención posible y de calidad.
La defensa de los derechos de los niños
El trabajo social no se basa únicamente en el trabajo directo con las personas. También trata sobre el cambio en el individuo, en la familia y en la comunidad, así como en las políticas, las leyes y las actitudes sociales.
Como se ha demostrado antes, los trabajadores sociales pueden desempeñar un papel importante en la campaña por los derechos de los niños. Se encuentran en una posición única en la que se familiarizan con las necesidades del niño además de con las brechas en las políticas y las legislaciones que se interponen en el camino de los derechos de los niños. Los trabajadores sociales están en contacto a diario con los niños y con todas las normas sociales, las políticas y las leyes que regulan el comportamiento de los adultos hacia los niños. Por lo tanto, desarrollan una mayor comprensión del impacto que estas normas tienen en las vidas de los niños y en sus comportamientos.
Pueden llegar a las organizaciones locales para hacerles partícipes de sus campañas o incluso liderar sus propias campañas animando a las ONG, a líderes comunitarios, a padres y a niños a que se unan.
La lista de problemas citada antes es tan solo un ejemplo. Pueden surgir muchos otros asuntos de interés durante las visitas de los trabajadores sociales a los niños, tales como ejemplos concretos de prácticas nocivas basadas en la tradición, niños en situación de conflicto armado, niños refugiados o incluso niños que viven en la calle.
¿Qué pueden hacer las ONG?
Normalmente, las ONG tienen que desempeñar el papel de los trabajadores sociales debido a la insuficiencia presupuestaria asignada para el trabajo social y la falta de personal cualificado. Por lo tanto, las ONG deberían presionar para obtener más asignación presupuestaria y poder contratar y formar a los trabajadores sociales.
Durante la elaboración de esta guía, hemos notado la falta de manuales sobre el papel de los trabajadores sociales en la materialización de los derechos de los niños. Las ONG deberían redactar guías más detalladas para los mismos.
Las ONG pueden trabajar estrechamente con los trabajadores sociales para intercambiar experiencias y conocimiento y para hacer campaña a fin de lograr el cambio social y la reforma legal.
Deben promover la puesta en marcha de un sistema de vigilancia para asegurar que los trabajadores sociales dispongan de recursos reales y accesibles en caso de que se produzca una violación de los derechos de los niños.