CRINMAIL EN ESPAÑOL 136

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21 de enero de 2013 ver en línea | suscríbete a CRINMAIL | contáctanos

CRINMAIL 136

En este número:

Queridos lectores:

Bienvenidos al 2013 y a nuestra recapitulación anual de lo bueno (y lo menos bueno) que ocurrió el año pasado en el contexto de los derechos de los niños, niñas y adolescentes.  

El 2012 trajo consigo nuevos cambios, retos y oportunidades para la defensa de los derechos del niño, tanto para exigir el cumplimiento de dichos derechos como para responder a asuntos urgentes. Aunque lamentamos retrocesos significativos en algunas áreas, también celebramos reformas legislativas positivas en otras.

El nuevo año ya está en marcha, y estamos deseosos de ver lo que el 2013 nos reserva a CRIN y a los derechos del niño a nivel mundial.

¡Buena lectura! 

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Los derechos de los niños en 2012 

Niños condenados a muerte o a cadena perpetua, niños que sufrieron represión por participar en protestas... si algo demuestra el 2012, es que persisten una multitud de violaciones de los derechos de los niños en muchos Estados del mundo. En este contexto, CRIN siguió identificando durante el 2012 asuntos relativos a los derechos del niño (ya sean nuevos, presistentes o que no han recibido la debida atención), desarrollando materiales de apoyo, promoción y defensa que, esperamos, prepararán el terreno para una acción colectiva en el seno del movimiento de los derechos del niño. 

CRIN dio máxima prioridad a la justicia juvenil a lo largo del 2012. Varios países han desarrollado una tendencia a rebajar (o proponer rebajar) la edad mínima de responsabilidad penal muy por debajo de los 18 años. Ante esto, y para coincidir con el día anual del Consejo de los Derechos Humanos de la Naciones Unidas sobre los derechos del niño, “La administración de la justicia juvenil”, CRIN redactó un informe que aspira a impulsar un nuevo debate sobre la justicia juvenil. Dicho informe va más allá del tema de las propuestas de aumentar o rebajar uno o dos años la edad mínima de responsabilidad penal; lo que nos importa es más que todo la necesidad de separar los conceptos de “responsabilidad” y “penalización”, y dejar de convertir a los niños en delincuentes.

Esta necesidad de emprender una reforma legal en los sistemas de justicia penal por todo el del mundo abarca también las condenas inhumanas contra los niños, incluyendo los castigos físicos, la cadena perpetua y la pena de muerte. Pese al carácter urgente de este problema, no hubo avances en el 2012. Para dar algunos ejemplos, un joven de 15 años murió en Botsuana a consecuencia de las heridas que sufrió tras haber sido condenado a la flagelación; en Estados Unidos, un niño de 12 años está siendo juzgado por homicidio como si fuera mayor de edad y podría ser condenado a cadena perpetua; en Irán, al menos un joven infractor ha sido ejecutado, y más de 140 personas que cometieron delitos antes de cumplir los 18 años están en la antesala de la muerte; y por último, 45 estados de la Commonwealth aún permiten que los menores de edad sean sentenciados a cadena perpetua.

Pero el año 2012 también vio grandes cambios legislativos positivos en el ámbito de la justicia juvenil, lo que nos permite guardar nuestras esperanzas. Por ejemplo, el Tribunal Supremo de los Estados Unidos dictaminó que las penas obligatorias de cadena perpetua sin la posibilidad de libertad condicional que se imponen a los niños no son constitucionales, y Argentina declaró que la reclusión de menores a perpetuidad contraviene la Convención sobre los Derechos del Niño.

También el año pasado, los defensores de derechos humanos y de los niños siguieron siendo objeto de ataques debido a su activismo. Docenas de ellos se enfrentaron a juicios militares en Baréin y Egipto. En México, siguieron cayendo amenazas sobre la sociedad civil, que también sufrió ataques y matanzas por parte de grupos criminales y miembros de las fuerzas de seguridad. Mientras tanto, Israel y Rusia introdujeron leyes que imponen restricciones a las ONG. 

Mientras los niños y jóvenes siguieron demostrando su propia habilidad para defender los derechos humanos (como comenzó a evidenciarse durante la Primavera Árabe), los gobiernos respondieron una vez más a sus peticiones reprimiendo sus derechos a la libertad de expresión y de asociación. Cientos de miles de alumnos de secundaria y universitarios se reunieron en Chile y Honduras para pedir mejoras en el sistema educativo, que padece una grave carencia de recursos, y en el previsto programa de privatización de la educación. Pero como consecuencia de ello, dos adolescentes perdieron la vida y centenas de jóvenes fueron detenidos por la policía antidisturbios. Del mismo modo, en Rusia, varias denuncias de fraude electoral dieron lugar a las mayores manifestaciones que se han visto desde el colapso de la Unión Soviética; las autoridades procuraron evitar que los niños participaran en ellas, imponiendo días escolares obligatorios en las fechas de mayor levantamiento. En el mismo periodo, los disturbios sociales en Siria terminaron por tomar un rumbo sombrío cuando las fuerzas de seguridad y las milicias progubernamentales empezaron a torturar y a matar de forma indiscriminada a miles de civiles, incluyendo niños. 

El 2012 también presentó más obstáculos en relación con la libertad de los niños para ejercer sus derechos civiles y políticos, especialmente su derecho a recibir y acceder a la información. En Europa del Este, Rusia, Ucrania, Moldavia y Letonia aprobaron una serie de leyes homófobas, bajo el falso estandarte de “protección de menores”. Todas ellas proponen o promulgan una legislación que prohíbe la distribución o el acceso a cualquier tipo de información sobre la homosexualidad.

Pero una chispa de esperanza surgió en Jamaica y Malaui, dos países considerados por algunos como unos de los más homófobos del mundo: sus presidentes manifestaron su apoyo a los derechos humanos de los miembros de la comunidad LGBT, y prometieron revisar las leyes homófobas nacionales. Mientras tanto los derechos políticos de menores fueron defendidos en Argentina, donde los jóvenes de 16 y 17 años pueden ahora votar, en Escocia, donde los mayores de 15 años irán a las urnas en el 2014 y podrán votar a favor o en contra de la independencia de su país, y en Gales, donde el gobierno está considerando la posibilidad de reducir la edad de derecho al voto para las elecciones y referendos nacionales. 

En lo que se refiere a desafiar leyes regresivas, varios estados africanos han dado un ejemplo pionero a los países que aún autorizan infligir castigos físicos a los niños. Tan sólo el año pasado, Sudán del Sur y Togo se unieron a Túnez y Kenia para prohibir el castigo físico en todos los ámbitos, incluyendo el hogar. Por otro lado Curazao, un país caribeño perteneciente al Reino de los Países Bajos, fue el primer territorio de ultramar de la región en condenar, en cualquier ámbito, el castigo físico causadao a los niños. Belice, por su parte, se convirtió en el primer estado caribeño anglófono que prohibió las penas corporales en los colegios. Y CRIN participó en una campaña ciudadana cuyo objetivo consistía en impedir que Amazon, el mayor distribuidor de libros del mundo, vendiera “guías parentales” que promovieran acciones como pegarles a los niños o bebés para que obedecieran, utilizando barras, palas u otros instrumentos. 

Las buenas noticias también nos llegaron desde Tailandia y Gabón, que ratificaron el Protocolo Facultativo relativo a un mecanismo de denuncias de la Convención sobre los Derechos del Niño; otros ocho países deben validarlo para que entre en vigor. Mientras tanto, Uruguay y Filipinas fueron los primeros en ratificar la Convención relativa al trabajo decente para los trabajadores domésticos, lo que significa que será vigente dentro de menos de un año.

El 2012 también vio avances en el ámbito de la justicia internacional, cuando la Corte Penal Internacional emitió su primer y único veredicto hasta hoy, el en cual acusó al caudillo congoleño Thomas Lubanga de reclutar niños soldados. Asimismo, dos prófugos buscados por su participación en las guerras de los años 90 en la antigua Yugoslavia y la organización del asesinato de unos 7.500 hombres y jóvenes bosnios musulmanes fueron capturados y deben comparecer ante el juicio. También en América Latina llegaron señales positivas en cuanto a la regencia de la ley, cuando Guatemala celebró los dos primeros juicios y condenas contra antiguos miembros del ejército desde el final de los 36 años de guerra civil del país. Por su parte, Argentina condenó a dos antiguos dictadores por haberse robado, durante la Guerra Sucia, a docenas de recién nacidos durante el cautiverio de sus padres, presos políticos desaparecidos.

Y terminando con otra nota positiva, el sector privado demostró que sí puede actuar en defensa de los derechos de los niños, después de que dos entidades corporativas patrocinadoras de los Boy Scouts de América anunciaban que no donarían más fondos a la organización mientras que ésta siga prohibiendo a los gays incorporarse como miembros o empleados. Aunque los debates sobre los derechos de los niños y el sector privado suelen reflejar de manera negativa sobre el último, el caso de los Boy Scouts indica que las entidades corporativas sí son capaces de tomar una postura efectiva en contra de la discriminación y otras violaciones de los derechos de los niños. 

 

Los derechos del niño en 2013

El 2013 ya está en marcha, y el nuevo año nos trae nuevos cambios, retos y oportunidades.

El Comité de los Derechos del Niño está enfrentándose a importantes ajustes, con la elección de nueve nuevos miembros por una parte, y la evolución que traerá el nuevo Protocolo Facultativo (“PF”) relativo a un mecanismo de denuncias por otra parte. Ahora que más de 11 países llevaron a cabo el proceso de elaboración del PF y otros 50 expresaron su apoyo al texto, CRIN tiene motivos para esperar que los estados mostrarán hasta el final su compromiso hacia los derechos de los niños a acceder a la justicia; tan sólo hacen falta diez ratificaciones para que el mecanismo entre en vigor. 

Ahora que China y Estados Unidos, dos de las superpotencias mundiales, han experimentado cambios en las atribuciones del poder ejecutivo, los nuevos líderes traen consigo grandes expectativas. Tras el Congreso del Partido Comunista Chino, muchos consideran que bajo el nuevo liderazgo, el país se encuentra en una encrucijada entre censura continua y mayor libertad de expresión. Además, CRIN espera que, con la reelección del presidente estadounidense Barack Obama y las iniciativas que éste ha llevado a cabo en su país en los últimos cuatro años con el fin de reafirmar los derechos de grupos que se veían privados de ellos, los niños podrán también obtener reconocimiento gracias a la ratificación de la Convención sobre los Derechos del Niño por parte de los Estados Unidos.  

América Latina sigue aportando la esperanza de que se haga justicia por abusos pasados y está evolucionando de manera positiva, por ejemplo en Guatemala, Argentina y, en menor medida, Brasil, donde se nota un desvanecimiento de la impunidad. Por otro lado, las leyes de amnistía son cada vez más criticadas en otras regiones del continente, entre otras por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

Sin embargo, en el Sudeste asiático, queda por ver si la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ANSA) seguirá guardando sus acciones secretas, o si se esforzará en convertirse en una institución transparente e intransigente en lo que concierne la aplicación, en esta región del mundo, de normas internacionales de derechos humanos ya existentes. 

En Oriente Medio y África del Norte, la Primavera Árabe trae a la vez incertidumbre y expectativas con respecto a la manera en la que va a permitir garantizar los derechos humanos, sobre todo para las mujeres y niñas, ahora que el movimiento feminista árabe está cobrando impulso, tanto en tamaño como en demanda.

En cuanto a CRIN, seguiremos cumpliendo con nuestra función en la promoción y defensa de los derechos de los niñoa ante las persistentes (o nuevas) violaciones a sus derechos. Fruto de este proceso ha sido nuestra determinación para proseguir una labor de promoción de derechos que determine un cambio positivo, y para inspirar acciones colectivas que vayan en este sentido. Este año, nuestro trabajo de incidencia seguirá retando las restricciones que se imponen sobre los derechos civiles y políticos de los niños, así como las violaciones a su derecho de ser protegidos contra castigos inhumanos, en particular la condena a cadena perpetua. Procuraremos también llamar la atención sobre aquellas prácticas nocivas que siguen contando con un apoyo mayoritario por parte de comunidades o Estados enteros, y que constituyen un grave asalto a la dignidad humana de los niños y una violación a las normas internacionales, supuestamente universalmente acceptadas, sobre los derechos humanos. Para lograrlo, CRIN seguirá coparticipando con otras entidades para consolidar el movimiento mundial para los derechos de los niños, y para estudiar formas más eficaces de activismo que permitirán hacer frente a éstas y otras formas de violaciones de los derechos de los niños, niñas y adolescentes. 

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