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El 20 noviembre 1989 fue aprobada la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño con la esperanza de ofrecer a todos los niños del mundo derechos efectivos. En noviembre 2006, 17 años después, la ratificación de esta Convención es casi-universal . Paradójicamente, las violencias sufridas por los niños continúan también presentes en todos los países . Durante el año 2006, la OMCT ha denunciado varias de ellas y, en este día universal de la infancia, quiere recordar con vigor que más allá de las violaciones de los derechos de los niños más mediatizadas, quedan numerosas situaciones de violencia a las cuales están expuestos diariamente los niños, las cuales raramente son resaltadas en los medios de comunicación. La lucha por la defensa y la promoción de los derechos de los niños pasa sin embargo por la denuncia de las peores formas de violencia de la que los mismos son víctimas, incluida la tortura, en todos lugares y en todas la situaciones. Aunque niños de todos los orígenes sociales estén afectados por la violencia, particularmente en la esfera privada, un estudio reciente de la OMCT demuestra que la pobreza es un vector innegable de violencia y que los niños provenientes de clases sociales desfavorecidas son a menudo más vulnerables a la violencia. « La tortura emerge en las sociedades cuando los vínculos sociales son degradados, la injusticia, la marginalización y la explotación engendran la violencia colectiva, tanto por parte de los que controlan el Estado para servir a sus propios intereses, como por parte de las víctimas, quienes dada la ausencia de espacio y de sistema para reconocer y proteger sus derechos recurren a la violencia, y acaban por romper el contrato social » . Por ejemplo, el estudio demuestra que, en Egipto, la policía arresta y detiene a niños aunque no hayan cometido ninguna infracción penal, sino solamente bajo la consideración de su vulnerabilidad a la delincuencia y al peligro, ya que estos mendigan, están sin domicilio, son minusválidos, etc. . Ese año, la OMCT también denunció las respuestas generalmente mal adaptadas y demasiado represivas hacia los niños que viven n en la calle. Así, en América Latina, los niños son frecuentemente víctimas del fenómeno de limpieza social, es decir ejecuciones sumarias por parte de agentes de seguridad públicos y privados, o de grupos paramilitares, a su vez contratados por los vecinos. Los gobiernos justifican tan dura represión comparando a todos los niños de la calle con miembros de las maras . Los responsables de estas exacciones gozan de una impunidad total. Un Informe alternativo sobre Guatemala sometido por la OMCT y las ONG asociadas locales al Comité de las Naciones Unidas Contra la Tortura, en mayo 2006, pone de relieve la violencia de las agresiones sufridas por estos niños citando especialmente el descubrimiento de los cadáveres de dos niños de la calle: Heidy Mariol Ruano, de 14 años de edad, apuñalada 76 veces y Mario Estuardo Esquivel, decapitado, cuyos asesinos aún no han sido encontrados . Estos niños que viven en la calle son raramente considerados como titulares de derechos y son a menudo blanco de graves abusos en particular durante los arrestos violentos. La OMCT denunció recientemente los arrestos y detenciones de 220 niños, dentro de los cuales una veintena tenían menos de 5 años, en República Democrática del Congo, cuya única falta era ser demasiado pobres para no poder vivir en otro lugar diferente a la calle . Los menores en conflicto con la ley y más particularmente los privados de libertad son también frecuentemente víctimas de una violencia todavía poco denunciada. Como lo demuestran varios Informes alternativos recientes de la OMCT sobre Benin, Kenya y Chile, las prácticas judiciales llevan casi-sistemáticamente al encarcelamiento de estos niños en detrimento de penas de reinserción alternativas a la privación de la libertad. El uso excesivo de la detención hacia los niños aumenta también las malas condiciones de detención en numerosos países. Además de la sobrepoblación, la falta de asistencia médica, jurídica, la higiene lamentable, etc., un fenómeno particularmente preocupante es la mezcla entre niños y adultos, entre acusados y condenados, entre niños que necesitan protección y cuidados y niños en conflicto con la ley penal. Desgraciadamente, el respeto de los derechos de estos niños es escasamente tomado en consideración porque están considerados ante todo como delincuentes que merecen ser castigados y no como personas cuyos derechos deben ser respetados. La OMCT milita por esas categorías de niños « que molestan », que no se quieren ver, que tienen el derecho a la protección, y porque el respeto de sus derechos sea proporcional a su vulnerabilidad. En ese contexto, la OMCT lamenta la pusilanimidad, incluso la resistencia de algunos Estados para aceptar la creación de un Representante Especial del Secretario General de la ONU sobre la violencia contra los niños. Sin embargo el estudio sobre la violencia contra los niños dirigido por el Profesor Sérgio Pinheiro fue ampliamente reconocido, aceptado y conducido con la consulta de los gobiernos. Este estudio emite un claro llamado a la acción, con la conclusión que ninguna violencia contra los niños puede ser justificada, por la tradición o la disciplina, y que todas las violencias contra los niños pueden ser prevenidas . La OMCT lamenta esta hipocresía de los Estados capaces de unirse un día para denunciar la violencia contra los niños y otro día de rechazar la toma de medidas concretas para luchar contra la misma, y exhorta también a todos los medios de comunicación a sensibilizar a las poblaciones y a interpelar a los gobiernos sobre la efectividad de su lucha contra la violencia cometida contra los niños.