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[24 de julio de 2011] - Casi 80 personas murieron en Noruega este viernes pasado en un doble ataque en la capital del país, Oslo, y en la isla de Utoya, donde la mayoría de los fallecidos son gente joven.
La explosión de una bomba en el centro de Oslo, cerca de las oficinas del Gobierno, dejó a siete personas muertas. Dos horas más tarde en la isla de Utoya, un lugar de recreo, al menos 68 jóvenes laboralistas que participaban en un campamento de verano organizado anualmente por el Partido Laboralista noruego fueron asesinados a tiros por un extremista de derechas que iba vestido de policía. Cuando el tiroteo empezó, muchos de los jóvenes intentaron huir, algunos por tierra, y muchos otros tirándose al agua del lago Tyrifjord. Unos cuantos siguen sin aparecer.
Según el primer ministro Jens Stoltenberg, que tenía previsto visitar la isla para dirigirse en persona a los jóvenes laboralistas, lo que había sido un paraíso para gente joven ahora ha sido convertido en un infierno.
“Lo que ocurrió en el campamento de verano de la Liga Laboralista Juvenil en Utoya fue una pesadilla para los jóvenes asesinados, para sus familias, sus madres, sus padres, y sus hermanas y hermanos que han tenido que enfrentarse a la muerte.”
“Gente joven ha pasado por cosas por las que ninguna persona debería pasar. Miedo, sangre y muerte. No puedo expresar con palabras lo mucho que me siento identificado con todos los que se han visto afectados.”
Mientras que visitaba a las víctimas y a sus familias el sábado, Stoltenberg insistió que los valores noruegos no iban a cambiar: “somos una sociedad abierta, somos una sociedad democrática, y somos una sociedad en la que hay una relación muy estrecha entre los políticos y la ciudadanía”.
“Noruega es un país en el que la gente joven puede participar en organizaciones y movimientos políticos juveniles sin tener miedo, y donde tienen el derecho a tener opiniones controvertidas sin tener miedo,” continuó.
Los miembros del Consejo de Seguridad da las Naciones Unidas condenaron el doble ataque terrorista en Noruega. En un comunicado emitido el viernes, el Secretario-General de la ONU deplora los ataques y ofrece sus condolencias y las de las Naciones Unidas a las familias de las víctimas, así como al gobierno y pueblo noruegos.
La Defensoría de la Niñez de Noruega ha establecido un número de teléfono de crisis para la gente menor de edad. Y también ha publicado una guía sobre cómo deberíamos hablar con los niños sobre las atrocidades.
(FUENTES: NRK / BBC / Euronews / Associated Press / UN News Centre)