La Organización Mundial Contra la Tortura denuncia la violencia contra los niños en el trabajo

[Ginebra, 12 de junio de 2006] - El Día Internacional contra el Trabajo de los Niños, creado el 12 de junio de 2002 y tiene como objetivo movilizar a la opinión pública en la lucha contra las peores formas de trabajo de los niños. Desde hace quince años, la Organización Mundial Contra la Tortura denuncia el trabajo de los niños y especialmente, la violencia perpetrada en contra de los mismos.
 
Respecto a este hecho, la OMCT ha realizado hace poco un estudio « Pobreza, Desigualdad y Violencia: los derechos humanos en cuestión », ya disponible sobre la página Internet (website) de la OMCT, y que próximamente será publicado. En este estudio se destaca que en Nepal, muchos niños son contratados y utilizados en los conflictos armados por los Maoístas. La educación de esos niños es a menudo descuidada en ese país, debido al hecho que la comunidad considera como necesario que los niños trabajen para contribuir a solucionar las necesidades de la familia. Por consiguiente, los padres permanecen reacios  a enviar sus niños y sobre todo sus hijas a la escuela, estas últimas quedan destinadas a un papel tradicional de labores dentro de la familia. El estudio arriba mencionado también demuestra que la agricultura constituye una de las labores en la cual los niños son más aplicados, al igual que en Egipto en dónde los niños son empleados en cooperativas agrícolas bajo la propia autoridad del Ministerio de la Agricultura.
 
En otro informe sobre los Derechos de los Niños en Benin, ya disponible en su página Internet, la OMCT presenta numerosos testimonios de niños que trabajan tanto en labores de la agricultura, como oficinistas o como sirvientes. Esos niños no sólo deben aguantar condiciones de trabajo difíciles y degradantes, sino que también son víctimas de malos tratos y de graves violencias en su lugar de trabajo. Se ha encontrado por ejemplo el caso de una niña de trece años, enferma, quien fue colocada desde la edad de ocho años como empleada pasando de familia en familia, en donde le pegaban cuando no vendía bastantes productos en el pueblo o cuando trabajaba muy lentamente en el campo. O también, se ha conocido el caso de otra muchacha que trabajaba en el campo, a quien, cuando no producía suficiente rendimiento, su tía le pegaba y la torturaba, por ejemplo introduciéndole un pimiento dentro de su vagina.
 
La OMCT se complace de que la Organización Internacional del Trabajo (OIT), anunciara el pasado mes de mayo  un alentador declive del trabajo de los niños en el mundo, así como un retroceso de las peores formas de trabajo, pero asimismo, continúa muy preocupada por la importante cantidad de niños que siguen trabajando en peligrosas condiciones, particularmente de los que son víctimas de violencia en el trabajo y de explotación comercial o sexual. No sólo el trabajo de los niños en sí-mismo constituye un perjuicio para el pleno goce de su desarrollo y de sus intereses, sino que la vulnerabilidad económica y social de los niños les expone a menudo a graves violencias tanto físicas como psicológicas, en su lugar de trabajo por parte de los patrones, de otros trabajadores o por parte de bandas o inclusive de proxenetas.
 
Ciertas situaciones agravan la debilidad de los niños trabajadores que sufren violencias a veces graves respecto a su edad, su sexo o el tipo de actividades para las cuales son empleados. Aún peor, las violencias infligidas contra los niños en el trabajo quedan generalmente impunes, primero porque las víctimas muy raramente las denuncian debido al abuso de autoridad ejercido por el autor de las mismas, y segundo porque en numerosos países las reglamentaciones de trabajo no existen o no son correctamente aplicadas.
 
Desde hace años, la OMCT insiste con firmeza en el hecho que ciertas situaciones pueden ser asimiladas a la tortura o a los malos tratos, contrarios a las normas internacionales, a causa de la sensibilidad y fragilidad de los niños. Ciertas formas de trabajo toleradas por las autoridades de los países concernidos constituyen en efecto tratos inhumanos o degradantes para los niños, tal como la explotación comercial sexual, la trata de los niños y la esclavitud o servidumbre por deuda, las cuales provocan graves sufrimientos y/o daños, a menudo irreversibles. La OMCT propende porque esos sufrimientos causados por el trabajo sean asimilados a la tortura según la definición de la Convención contra la Tortura, en razón de la debida diligencia del Estado.
 

En conclusión, es primordial entender que la falta de recursos de las familias constituye la mayor razón del trabajo de los niños, cuya eliminación debe pasar por la lucha contra la pobreza. El acceso a la educación gratis también debe convertirse en un objetivo prioritario para los Estados. La alentadora disminución del trabajo de los niños anunciada por la OIT se ha logrado gracias a la movilización mundial, la cual debe proseguir. Esa lucha contra el trabajo de los niños implica tanto a actores públicos como privados, al igual que a los patronos. Es por tanto necesario y urgente, seguir alarmando las conciencias sobre la plaga de la explotación económica de los menores y las violaciones de los derechos de los niños que ella engendra

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