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¿Qué es el abuso psicológico?
La violencia contra los niños normalmente nos hace pensar en el abuso físico, pero el abuso psicológico puede ser igual de dañino – y a menudo aún más. Según el Estudio de la ONU sobre la Violencia contra los Niños (UNVC, 2006: 91), “todo tipo de violencia física y sexual implica cierto daño psicológico; pero la violencia psicológica también puede tomar forma de insultos, ignorar a alguien, aislamiento, rechazo, amenazas, indiferencia emocional y menosprecio – que puede ser perjudicial para el desarrollo y bienestar psicológico de un niño.” Un estudio realizado en 2010 descubrió que la exposición frecuente a la violencia psicológica ejercida por los padres de uno – incluso en ausencia de la violencia física y sin importar si la violencia es ejercida por la madre o el padre – puede poner en riesgo la salud mental a largo plazo de un individuo (Green y Marks, 2010).
El Estudio de la ONU (UNVC, 2006: 91) señala que la violencia psicológica suele acompañar la violencia física:
En un ámbito familiar violento, se siente miedo y ansiedad de forma constante a consecuencia de la probabilidad de violencia; dolor, humillación y miedo durante su realización; y, en grupos de mayor edad, soledad por rechazo parental, desconfianza, y a veces asco hacia uno mismo. La violencia psicológica puede que sea el resultado de una frustración descontrolada, o quizás tiene un objetivo similar al del castigo físico: intimidar con el fin de conseguir la obediencia y 'reentrenar' un comportamiento rebelde.
Muchos niños y niñas soportan duramente el dolor y la ansiedad producidos por el rechazo y la humillación de un ataque contra su autoestima, mientras que en otros casos las víctimas recurren al suicidio.
El Estudio de la ONU hace referencia a la investigación del proyecto Estudios Mundiales sobre el Abuso en el Ámbito Familiar (World Studies of Abuse in the Family Environment – WorldSAFE) que abarca datos de cinco países, y que encontró que el gritarles o chillarles a los niños se practica como forma de castigo en los cinco países del estudio (Chile, Egipto, India, las Filipinas, y los Estados Unidos). Otro estudio que contó con la participación de 2.000 jóvenes swazilandeses de edades comprendidas entre los seis y 18 años descubrió que el castigo psicológico humillante se practica con mayor frecuencia contra los jóvenes más mayores, y el castigo físico contra los más jóvenes (UNVC, 2006: 92).
Cabe destacar que el abuso psicológico so sólo ocurre en la familia, sino que también en instituciones públicas y en escuelas. Las investigaciones han demostrado que los efectos del acoso escolar pueden perdurar hasta la edad adulta. Los niños sufren violencia psicológica de manera rutinaria, incluyendo el acoso verbal, por parte del personal en centros residenciales; mientras que es más probable que el trato institucional en los centros de detención hacia niños cuya conducta es considerada antisocial o criminal sea más física y psicológicamente excesivo que el de otros grupos o de otros ámbitos (UNVC, 2006: 109).
En 2010, el Comité sobre los Derechos del Niño destacó el abuso psicológico sufrido especialmente por niños indígenas en Argentina.
¿Qué se puede hacer al respecto?
La legislación debe prohibir todo tipo de violencia contra los niños, incluyendo todo tipo de castigo físico y abuso psicológico. Por ejemplo, el Comité sobre los Derechos del Niño señaló en 2004 que en Antigua y Barbuda no había ninguna ley domestica que tratara el abuso psicológico.
La Organización Mundial de la Salud ha producido una guía para prevenir el maltrato infantil que incluye varias estrategias con este fin.
Para acceder a más materiales sobre el abuso psicológico, haz clic aquí.
Referencias
Greenfield E. y Marks N. (2010), 'Identifying experiences of physical and psychological violence in childhood that jeopardise mental health in childrenhood', Child Abuse & Negelct, 34, pp. 161-171.
Estudio de la ONU sobre la Violencia contra los Niños (2006): http://www.unicef.org/violencestudy/spanish/