Enviado por crinadmin el
Su excelencia, señor José Miguel Insulza, Secretario General de la OEA; Su excelencia, Albert R. Ramdin, Secretario General Adjunto de la OEA; Su excelencia, Marina Annette Valère, Embajadora, Representante Permanente de Trinidad y Tobago ante la OEA y Presidenta del Consejo Permanente de la Organización; Honorables, Embajadores, Representantes Permanentes y Alternos, y Funcionarios de los gobiernos de los Estados Miembros de la OEA; Honorables Embajadores y Representantes de los Observadores Permanentes ante la OEA; Apreciados Colegas, miembros de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos; Estimado Santiago Canton, Secretario Ejecutivo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos e igualmente estimado y apreciado personal de la Secretaría Ejecutiva de la CIDH; Señoras y señores representantes de las Organizaciones de la Sociedad Civil; Invitados Especiales, Señoras y señores: Tengo a honra dirigirme a ustedes, en mi carácter de Presidente de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, en esta ceremonia inaugural de nuestro 126º período ordinario de sesiones. Es un placer contar en esta oportunidad con la presencia de mis colegas: Paulo Sergio Pinheiro, Primer Vicepresidente; Florentín Meléndez, Segundo Vicepresidente y los Comisionados Freddy Gutiérrez, Paolo Carozza y Víctor Abramovich. Por otro lado, lamentamos que por motivos de fuerza mayor, el Comisionado Clare Kamau Roberts no pueda acompañarnos en esta ocasión. Quisiera iniciar esta intervención agradeciendo todo el apoyo recibido de los Estados y del Secretario General al trabajo que la Comisión Interamericana realiza. Sin lugar a dudas, la voluntad de cooperación que hemos encontrado en los Estados miembros de la OEA y en el Secretario General ha sido fundamental para fortalecer la protección de los derechos humanos de los habitantes de nuestra América. Un punto novedoso que deseamos compartir con ustedes, es el cambio de formato de las sesiones que estamos promoviendo a partir de este año. Ahora, en lugar de nuestros tradicionales dos periodos de sesiones de tres semanas, celebraremos tres periodos de dos semanas cada uno, de los cuales uno de ellos se llevará a cabo en el territorio de algún estado miembro, siempre que nuestra débil situación financiera lo permita. Es importante comentarles que esta modalidad fue puesta en marcha en Guatemala con una sesión muy fructífera, razón por la que me permito aprovechar la oportunidad para hacer público nuestro sincero agradecimiento al pueblo y al Gobierno Guatemalteco por la hospitalidad brindada en el pasado mes de julio. Volviendo al motivo principal que nos reúne, la Comisión tiene previsto un intenso cronograma de actividades para las sesiones ordinarias que dan inicio hoy. Como es habitual, la mayor parte de nuestro trabajo será orientado al estudio y consideración de informes sobre peticiones y casos individuales de distintos países del Hemisferio que se hallan en las etapas de admisibilidad, solución amistosa, fondo o decisión de envío a la Corte Interamericana de Derechos Humanos. También, la Comisión ha convocado alrededor de 50 audiencias sobre casos y peticiones en las etapas antes mencionadas. Asimismo, recibiremos en audiencia a distintas personas, organizaciones y representantes de los Estados miembros que presentarán informes sobre la situación de los derechos humanos en sus respectivos países, ya sea con carácter general o sobre algún derecho o tema específico que sea de la competencia de la Comisión. Adicionalmente, durante las sesiones se continuará analizando la situación actual de los derechos humanos en el Hemisferio y las diversas maneras de fortalecer el Sistema Interamericano como mecanismo fundamental para responder a las crecientes necesidades de la región en esta área. En toda nuestra trayectoria de trabajo en materia de derechos humanos, reconocemos desafíos, tales como la vigencia del Estado de Derecho en nuestros países, la protección efectiva de los derechos económicos, sociales y culturales, la seguridad ciudadana y la inclusión social. Como lo hemos expresado reiteradamente, el tema de la democracia y el Estado de Derecho constituyen condiciones necesarias para lograr la vigencia y el respeto de los derechos humanos en las sociedades democráticas. De acuerdo con la Carta Democrática Interamericana, son elementos esenciales de la democracia representativa, entre otros, el respeto de los derechos humanos y las libertades fundamentales; el acceso al poder y su ejercicio con sujeción al Estado de Derecho; la celebración de elecciones periódicas, libres, justas y basadas en el sufragio universal y secreto como expresión de la soberanía del pueblo; el régimen plural de partidos y organizaciones políticas; y la separación e independencia de los poderes públicos. Asimismo, son componentes fundamentales del ejercicio de la democracia la transparencia de las actividades gubernamentales, la probidad, la responsabilidad de los gobiernos en la gestión pública, el respeto por los derechos sociales y la libertad de expresión y de prensa. Es precisamente, este régimen democrático con pleno respeto a los derechos y libertades, el que debe dar respuesta a la preocupante realidad que revela que el grupo de los países que integran la Organización de los Estados Americanos, se constituye como el más desigual del mundo: la exclusión de los beneficios del progreso, así como la falta de satisfacción de las necesidades básicas y a la educación, son elementos que colocan a grandes sectores sociales en una situación de especial vulnerabilidad ante los ajustes estructurales y los desajustes de la economía. Esta situación genera nuevos desafíos y demandas a la Comisión. Para ello, siguiendo nuestra tradición histórica, ajustaremos nuestras metodologías de trabajo para dar respuesta eficiente a las nuevas demandas y realidades regionales. Las innovaciones en el formato de sus sesiones son solo una manifestación. Con cada reforma estamos buscando una mirada estratégica acerca del Sistema, para colaborar con los Estados en el fortalecimiento de la protección de los derechos humanos. En este sentido, el compromiso que hemos encontrado en los Estados nos muestra una vez más la importancia de afianzar una interacción mancomunada, de tal forma que nuestras decisiones sobre casos individuales e informes temáticos y por países, apunten precisamente a acompañar a los Estados en la tarea de mejorar la protección de los derechos humanos. Otro de los más grandes desafíos para la Comisión y para la comunidad hemisférica es cómo responder de manera ágil y efectiva en situaciones de violaciones graves o estructurales de los derechos humanos. En este sentido, la Comisión como el órgano principal de la organización en materia de derechos humanos debe utilizar sus herramientas en aras de proteger a los habitantes de América frente a violaciones de sus derechos alertando a la OEA y a sus Estados Miembros sobre aquellas situaciones particularmente preocupantes. Para ello, particularmente, la Comisión observa con detenimiento la situación especialmente crítica de algunos Estados de la región, y durante estas sesiones discutiremos qué países serán incluidos en el capitulo IV de nuestro Informe Anual y para emitir sus respectivas consideraciones. El inicio de todo periodo de sesiones siempre es propicio para realizar un balance general, es por esta razón que considero necesario destacar tres aspectos. En primer lugar, que el funcionamiento del Sistema Interamericano en el último año se ha visto facilitado, en gran medida, gracias a la absoluta independencia garantizada a la Comisión por el Secretario General; y gracias también a que encontró en los Estados un decidido apoyo. Y en segundo lugar, quisiera recalcar que un importante soporte de esa independencia es lograr el financiamiento necesario para poder desarrollar sus funciones. Sea esta la oportunidad para agradecer a todos los países que apoyan financieramente las actividades de la Comisión: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, España, Estados Unidos, Finlandia, Francia, Irlanda, Italia, México, Suecia y República Dominicana. Finalmente, la Secretaría de la Comisión Interamericana ha continuado mejorando su gestión basada en la dedicación y constancia de todo su personal. Considero oportuno entonces, aprovechar para agradecer el compromiso, excelente desempeño y profesionalismo tanto del Secretario Ejecutivo como de todo el equipo que trabaja incansablemente por afianzar la protección de los derechos humanos de los habitantes de América. Señor Presidente, señor Secretario General, señoras y señores representantes, estimados colegas, compañeras y compañeros de trabajo: Antes de concluir quisiera dar la bienvenida a los participantes del Segundo Curso sobre el Sistema Interamericano Universal de los Derechos Humanos, co- organizado junto con el Servicio Internacional por los Derechos Humanos y American University. Contamos este año con defensores de 7 países de la región. Este curso complementara al que concluimos recientemente con la Corte y el Instituto Interamericano de Derechos Humanos dirigido a funcionarios de las Cancillerías de vuestros países. El siglo XXI se nos ha presentado con múltiples retos que requieren nuevos enfoques y creatividad en el momento de encontrar mecanismos para fortalecer la proteccion de las libertades fundamentales de los habitantes de nuestra América. Sin embargo, debemos evitar la tentación de ver en cada desafío una ocasión para desestimar las conquistas que ya hemos logrado en materia de derechos humanos a lo largo de todo este tiempo. Las respuestas a los problemas que enfrentamos deben ser halladas en el marco de la legalidad interamericana y no fuera de ella. La vigencia del Estado de Derecho es un pilar básico de una sociedad justa, que reconoce en la superación de la pobreza y el pleno respeto de los derechos humanos la esencia de la dignidad de las personas, como claramente lo proclama la Carta de la OEA. De esta forma, declaro abierto el 126º período ordinario de sesiones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.