Enviado por Jesica el
21 de noviembre de 2016 - Aunque la mujer sea menor, si hubo boda religiosa no es violación. Es lo que subyace en la propuesta del Gobierno islamista turco, que plantea posponer indefinidamente las penas de prisión para aquellos hombres que hayan mantenido relaciones sexuales con adolescentes tras haberse casado con ellas mediante una ceremonia religiosa —que además no sería legal porque la civil, única válida en Turquía, no está permitida para menores de 17 años—. La iniciativa de los islamistas del Partido de la Justicia y el Desarrollo (en el Gobierno), que mañana se debate en el Parlamento, ha causado una gran polémica en el país, donde se han producido movilizaciones. El matrimonio infantil es una de las formas de violencia contra la mujer, según la ONU, que ya ha mostrado su preocupación por la reforma, pues existe gran riesgo de que esas bodas sean forzadas o que las menores consientan casarse presionadas por su familia.
Retroceso social
En Turquía se han producido dos procesos en apariencia contradictorios: mientras la legislación contra el maltrato se ha endurecido, gracias a la lucha de las organizaciones feministas y también de las propias islamistas en el seno del partido gobernante, la sociedad se ha vuelto cada vez más conservadora y peligrosapara las mujeres. “Cuando el presidente (Recep Tayyip Erdogan) dice que no cree en la igualdad entre hombres y mujeres, o cuando otros miembros del gobierno dicen cómo deben vestir, reír o comportarse de las mujeres, las está poniendo en una posición de subordinación respecto al hombre y fomentando las agresiones”, afirma la abogada Hülya Gülbahar. Pone como ejemplo un sonado caso reciente en el que un hombre agredió en un autobús a una joven por vestir pantalón corto tras el cual, el primer ministro Yildirim, en lugar de criticar sin ambages el incidente, dijo que el hombre debía haberla reprendido y no agredirla. El juez dejó libre al atacante por considerar que no estaba en sus cabales. “Muchas mujeres han comenzado a renunciar a sus libertades por miedo”, denuncia Gülbahar.
En los últimos años, los tribunales turcos han dictado polémicas sentencias absolutorias o que rebajaban mucho la pena a los maltratadores. En 13 de los 26 juicios por homicidios machistas sentenciados en el primer semestre de 2015, hubo reducciones de condena por “buen comportamiento”, “arrepentimiento” o “provocación” por parte de la víctima, bien por el “modo de vestir” o porque “puso los cuernos” al agresor.
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