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[1 de octubre de 2013] - El Gobierno sirio lanzó un ataque aéreo utilizando bombas de combustibles que hicieron impacto en las cercanías de una escuela de secundaria en la ciudad de Raqqa, controlada por la oposición, y mataron a por lo menos 14 civiles, el 29 de septiembre de 2013, dijo hoy Human Rights Watch. Al menos 12 de los asesinados eran estudiantes que asistían a su primer día del curso escolar. Un residente de Raqqa que visitó la escuela inmediatamente después del ataque dijo a Human Rights Watch que había visto 14 cadáveres, algunos de ellos sin extremidades. Un médico del Hospital Nacional de Raqqa dijo que contabilizó a por lo menos 12 cuerpos, la mayoría de ellos de estudiantes, y que el hospital había tratado a 25 heridos. Las heridas y las quemaduras provocadas por la explosión que se observan en los vídeos y las fotografías de las víctimas, en combinación con las posiciones de los cuerpos y las escasas heridas de metralla, indican que se usaron explosivos de aire-combustible (FAE), también conocidas como “bombas de vacío”, señaló Human Rights Watch. Los explosivos de aire-combustible, que son más potentes que las municiones convencionales altamente explosivas, provocan fuertes daños sobre un área extensa y tienden por lo tanto a impactar de manera indiscriminada sobre zonas pobladas. “Mientras el mundo intenta controlar las armas químicas de Siria, las fuerzas gubernamentales están matando a civiles con otras armas extremadamente potentes”, dijo Priyanka Motaparthy, investigadora sobre los derechos del niño en Oriente Medio para Human Rights Watch. “Ni siquiera los estudiantes que asisten a su primer día de escuela están a salvo”. Las bombas explosivas de aire-combustible no son un arma incendiaria ni química. No obstante, teniendo en cuenta la extensión de sus efectos, las convierten en armas altamente indiscriminadas, Human Rights Watch cree que los explosivos de aire-combustible no deberían emplearse nunca en zonas pobladas. Otros dos residentes de Raqqa, un abogado y un activista de la oposición, dijeron a Human Rights Watch que un caza del Gobierno arrojó las bombas que hicieron impacto en el patio de la Escuela de Secundaria Ibn Tufail alrededor de las 8:05 de la mañana. Señalaron que no había personas armadas en el interior o las cercanías de la escuela, ni había oficinas administrativas o cuarteles de la oposición en la zona. Antes de que comenzara el curso escolar, la escuela había albergado a unos cuantos centenares de personas internamente desplazadas de la zona de Aleppo. En los vídeos y las fotos del lugar se observan dos cráteres a una distancia de 10 a 14 metros entre ellos en la esquina sudeste del patio, cerca de la entrada principal. Ambos cráteres tienen un diámetro de dos a tres metros y una profundidad de 30 a 60 centímetros, coherente con la onda expansiva de un FAE, que no explota al impactar con el suelo. En las imágenes de satélite tomadas el 26 de septiembre se ve que la escuela está rodeada de campos y unas cuantas casas pequeñas, y no se observa ninguna muestra visible de estructuras o actividades militares. Según Human Rights Watch, esto aumenta la probabilidad de que el Gobierno hubiera fijado como objetivo la propia escuela. Información adicional:
pdf: http://www.hrw.org/es/news/2013/10/01/siria-bombas-de-combustible-estall...