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Summary: Jueces, fiscales, defensores, comunicadores y representantes de sociedad civil panameña reiteraron aquí su lucha contra la explotación sexual infantil en un debate sobre el fortalecimiento de la ley que combate este flagelo.
Panamá dio un paso importante en la lucha contra la explotación sexual comercial de niños y adolescentes con la aprobación de la Ley 16 del 31 de marzo de 2004. Con esta legislación, las instituciones están obligadas a ejecutar acciones de prevención y crean programas para la protección de las víctimas. Además se aplicaron reformas en los códigos penal y judicial que sancionan severamente a los culpables de estos delitos e incluso a los que conozcan su existencia y no los denuncien. Sin embargo, el catedrático de la Universidad de Panamá Carlos Muñoz Pope señaló que aún hay poca experiencia en la aplicación de la ley. Agregó que se deben hacer reformas a la misma por cuanto las sanciones que se imponen, como ocurre con muchas legislaciones, son desproporcionales en relación con el delito que se comete y con otras faltas de menor envergadura. Vielka Bolaños, Coordinadora Nacional del Programa Internacional para la Erradicación del Trabajo Infantil (IPEC) de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), manifestó que en esta lucha es importante la modificación de los esquemas de comportamiento. Durante el debate, se hicieron numerosas observaciones acerca de las necesarias modificaciones que se deben realizar a la ley 16. También se dieron recomendaciones para fomentar acciones de capacitación y divulgación orientadas a la prevención y eliminación de la explotación sexual infantil. En noviembre último se lanzó aquí en el marco de la celebración del Día Internacional de la No violencia contra la Mujer, una campaña de sensibilización en la lucha contra la explotación sexual comercial infantil. También representantes de diversas organizaciones gubernamentales y de la sociedad civil realizaron marchas en contra del flagelo. Según expertos, la explotación sexual comercial es una forma de violencia contra la niñez y la adolescencia que constituye un delito y su realización implica una violación severa de los derechos humanos de los afectados por lo que es urgente combatirla. fuente: Prensa Latina
Tenemos que lograr una población intolerante al abuso infantil, recalcó.
Pese a que la lucha no es aún suficiente, Panamá se mantiene a la expectativa ante las manifestaciones de esta aberración.