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Summary: Se adoptan estándares laborales globales para más de 100 millones de trabajadores domésticos en todo el mundo.
[GINEBRA, 16 de junio de 2011] - La adopción de un nuevo tratado sin precedentes por parte de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el 16 de junio de 2011, para extender las garantías laborales fundamentales a los empleados del hogar protegerá a millones de personas cuyos derechos fundamentales han carecido de garantías, señaló Human Rights Watch hoy. Gobiernos, sindicatos y organizaciones empresariales que integran la OIT decidieron por abrumadora mayoría aprobar el Convenio de la OIT sobre el Trabajo Decente para los Trabajadores Domésticos, el cual establece las primeras normas globales para un estimado de entre 50 y 100 millones de trabajadores del hogar en todo el mundo, la mayoría de los cuales son mujeres y niñas. Los miembros de la OIT tardaron tres años en desarrollar el convenio para resolver la rutinaria exclusión de los empleados del hogar de las protecciones laborales garantizadas a otros trabajadores, tales como días de descanso semanales, límites a las horas de trabajo y un salario mínimo. Los trabajadores del hogar se enfrentan a una amplia gama de graves abusos y a la explotación laboral, incluyendo excesivas horas de trabajo sin descansos, impago de salarios, confinamiento forzado, abuso físico y sexual, trabajos forzosos y tráfico humano. "La discriminación contra las mujeres y las deficientes protecciones legales han permitido que los abusos contra las trabajadoras del hogar se propagaran en todos los rincones del mundo", dijo Nisha Varia, investigadora principal de la división de los derechos de la mujer de Human Rights Watch. "Este nuevo convenio es un muy demorado reconocimiento de que las mujeresencargadas de la limpieza, del cuidado de los niños y los adultos son trabajadoras que merecen respeto y un trato igualitario ante ley". Los elementos clave de la convención exigen que los gobiernos proporcionen a los trabajadores del hogar las mismas protecciones laborales de las que disfrutan otros trabajadores, en lo referente a sus jornadas laborales, salarios mínimos, remuneración por horas extra, periodos de descanso diarios y semanales, seguro social y protección de la maternidad, entre otros aspectos. Las nuevas normas también obligan a los gobiernos a proteger a los trabajadores del hogar de la violencia y el abuso, y a garantizar la supervisión y el cumplimiento de esas normas. Las negociaciones en los últimos dos años han incluido acalorados debates sobre temas tan polémicos como las horas de trabajo para trabajadores que residen en el hogar del empleador, los pagos en especie tales como la vivienda, y las inspecciones laborales en casas particulares. Australia, Brasil, Sudáfrica y Estados Unidos desempeñaron un papel destacado en la promoción de protecciones fuertes, al igual que muchos otros gobiernos de África y América Latina. La Unión Europea registró la mayoría de las preocupaciones, a menudo abogando por disposiciones más débiles y más flexibles. Suazilandia es el único país que voto en contra de la convención. El Salvador, Malasia, Panana, República Checa, Reino Unido, Singapur, Sudan y Tailandia se abstuvieron. Los miembros del Consejo de Cooperación para los Estados Árabes del Golfo (Bahréin, Kuwait, Omán, Qatar, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos), junto con Bangladesh, Indonesia e India, revirtieron su oposición inicial a un convenio legalmente vinculante y lo respaldaron en la última ronda de negociaciones y la votación final. "La votación de hoy muestra un nuevo consenso de que sólo porque el trabajo doméstico se lleva a cabo en casas particulares no es excusa para que los gobiernos abandonen su responsabilidad de garantizar los derechos laborales de estos trabajadores", dijo Jo Becker, promotora de los derechos del niño de Human Rights Watch. "Todos los gobiernos deberían ajustar sus leyes nacionales de acuerdo este tratado histórico y ratificarlo lo antes posible". La OIT calcula que los niños representan casi el 30 por ciento de los trabajadores del hogar del mundo. Actualmente, muchas leyes nacionales de trabajo infantil excluyen a los empleados domésticos, lo que significa que los niños pueden trabajar largas horas a edades muy tempranas. La separación de sus familias y la dependencia casi total de sus empleadores exacerban su vulnerabilidad, advirtió Human Rights Watch. Investigaciones de Human Rights Watch sobre las condiciones de los trabajadores del hogar infantiles en El Salvador, Guinea, Indonesia, Marruecos y Togo descubrieron que algunos niños comienzan a trabajar con apenas 6 años de edad y que trabajan hasta 16 horas al día, siete días a la semana. Un estudio de Human Rights Watch en Indonesia halló que sólo uno de cada 45 trabajadores del hogar infantiles entrevistados asistía a la escuela. Estos jóvenes trabajadores también son vulnerables al abuso físico y sexual. La convención exige que los gobiernos fijen una edad mínima para el trabajo doméstico y que se aseguren de que el trabajo de los empleados del hogar infantiles por encima de esa edad no interfiera con su educación. Una recomendación adjunta insta a los gobiernos a limitar estrictamente el horario de trabajo de los trabajadores del hogar infantiles y a prohibir las tareas que perjudiquen su salud, seguridad y moral. "Millones de niñas entran al mercado del trabajo del hogar con la esperanza de que les conducirá a una vida mejor, pero en su lugar, acaban sacrificando su educación y su futuro por salarios bajos y largas jornadas laborales", dijo Becker. "Este convenio les brindará una posibilidad real de continuar su educación y salir de la pobreza". Los inmigrantes constituyen una proporción cada vez mayor de los trabajadores del hogar y sus ingresos representan un porcentaje significativo de los miles de millones de dólares en remesas que se envían cada año a países en desarrollo. Sin embargo, los empleados del hogar inmigrantes suelen correr un mayor riesgo de explotación debido a las políticas nacionales que vinculan el estatus inmigratorio de los trabajadores a empleadores individuales, así como por las tarifas excesivas de contratación, las barreras lingüísticas y la confiscación de pasaportes por parte de los empleadores. Investigaciones de Human Rights Watch a lo largo de Asia y Oriente Medio han documentado el fracaso de muchos gobiernos a la hora de supervisar a las agencias de colocación que imponen pesadas deudas sobre los trabajadores o los desinforman acerca de sus trabajos. Abusos relacionados con el reclutamiento, el aislamiento de los trabajadores del hogar en casas particulares y leyes laborales e inmigratorias deficientes contribuyen de manera significativa al trabajo forzado, el tráfico humano y la servidumbre doméstica. A pesar del flujo de millones de trabajadores del hogar a través de las fronteras, la cooperación internacional ha sido débil y esporádica. El nuevo convenio contiene requisitos detallados para que los gobiernos regulen las agencias privadas de empleo, investiguen las denuncias y prohíban la práctica de descontar las tarifas de contratación de los salarios de los trabajadores del hogar. El convenio también estipula que los empleados del hogar inmigrantes deben recibir un contrato por escrito que sea vinculante en el país de destino y de trabajo, y que los gobiernos deben fortalecer la cooperación internacional. "Los hogares de muchos países están aumentando la demanda de trabajadores inmigrantes para que cuiden a sus niños y ancianos", señaló Varia. "Estas nuevas normas son un gran avance para valorar los importantes servicios que estos trabajadores proporcionan, e implementan sistemas no sólo para responder a los abusos, sino para evitarlos desde el principio." De los 475 votos emitidos por gobiernos, trabajadors y empleadores, 396 delegados votaron a favor de la convención, 16 votaron contra y 63 se abstuvieron. Información adicional: