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[TOKIO, 13 de mayo de 2008] - La Junta Militar gobernante en Myanmar reiteró hoy su negativa a permitir el acceso de cooperantes extranjeros para brindar ayuda a los miles de damnificados del ciclón Nargis, pese a la amenaza de epidemias sanitarias. A 11 días del paso de Nargis por la costa sur de la antigua Birmania, que según el más reciente balance dejó 34 mil 270 muertos y 27 mil 838 desaparecidos, la ayuda sólo ha llegado a menos de una tercera parte de los sobrevivientes, según organismos de la ONU. La situación se torna más alarmante por la condiciones insalubres que hay en las regiones afectadas por el ciclón por la presencia de cuerpos en descomposición e inundaciones, que amenazan a los miles con contraer graves enfermedades, como cólera, malaria o dengue. Pese a la situación, que se agrava por las lluvias que siguen presentes en varias de las zonas devastadas, el gobierno birmano reiteró que no necesita ayuda, ni externa, ni la de muchos sobrevivientes que se proponen como voluntarios. El vice almirante So Thein, uno de los líderes del régimen militar birmano, agradeció este martes a la comunidad internacional y las organizaciones humanitarias su disposición de ayudar en el auxilio humanitario, pero aseguró que "todo está bajo control". En declaraciones a la radio y televisión estatal, el líder birmano afirmó que la distribución de la ayuda externa que ha llegado al país ha sido entregada con éxito a miles de los daminificados, según informes de prensa conocidos en esta capital. Sin embargo, la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Ayuda Humanitaria (OCHA) afirmó este martes que la gran mayoría de los cerca de dos millones de damnificados no han recibido aún ayuda alguna. Richard Horsey, portavoz del organismo en Tailandia, desde donde se coordina el envío de los víveres, ropa y medicinas, afirmó que en promedio sólo unos 270 mil birmanos han recibido la ayuda, con lo que más de 750 mil estarían en una situación alarmante. La prohibición del gobierno de permitir la entrada de cooperantes extranjeros impide conocer de cerca la verdadera situación que viven miles de personas, sin embargo personal de los organismos y agencias que estaban en el país antes del ciclón afirman que es alarmante. De acuerdo con los testimonios de muchos voluntarios de la Cruz Roja Internacional y de agencias privadas, los sobrevivientes además de no tener un lugar para pasar la noche, no tienen agua, ni alimentos, por lo que recorren las inundadas zona en busca de ayuda. Algunos voluntarios han denunciado que el ejército birmano trata como presos a los damnificados, además de que los golpea y amenaza de muerte cuando intentan sublevarse por una taza de arroz o una botella de agua. Con lluvias torrenciales y vientos de hasta 240 kilómetros por hora, Nargis azotó por más de 35 horas continuas, entre el 2 y 3 de mayo pasados decenas de comunidades ubicadas a lo largo del delta del río Irrawaddy, que fue declarada zona de desastre. De acuerdo con el más reciente balance del gobierno birmano, Nargis ha cobrado un total de 34 mil 270 muertos, unos 10 mil de ellos niños, y 27 mil 838 desaparecidos, aunque las Naciones Unidas y otras organismos humanitarios estiman en más de 100 mil las víctimas.