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Estremecedora revelación hizo la Comisión Estatal de Derechos Humanos sobre una especie de cuarto de castigo llamado "Piraña", que presuntamente utilizan en el Centro de Observación y Readaptación del Menor Infractor, más conocido como Tutelar de Menores. GOBIERNA EN SU CASA PELIGRA LA FISCALIZACIÓN SIN QUERER QUERIENDO EL MAZATLÁN DE LITERATURA
El sitio de escarmiento es un reducido espacio triangular de 70 centímetros de ancho, alrededor de un metro de largo y poco más de un metro de altura, en el cual una persona no puede permanecer ni parada ni acostada, sino que mantenerse sentada y con las piernas encogidas.
Supuestamente los menores son castigados encerrándolos en ese lugar desde tres días hasta un mes, y en ocasiones confinan a dos internos juntos.
A quienes meten ahí, no les permiten salir ni para hacer sus necesidades fisiológicas, así que la "Piraña" debe convertirse en algo peor que una pocilga.
Imagínese el lector encerrado en esas condiciones, o que algún adolescente hijo nuestro o ajeno sufra ese castigo.
Entendemos que debe existir un lugar para castigar los delitos cometidos por los menores de edad y orientarlos con fines de readaptación, sin embargo, de ser cierto lo señalado por la CEDH, en el centro de observación se está haciendo todo lo contrario, aparte de incurrir si no en delitos sí en graves irregularidades.
¿Qué clase de readaptación les están dando a los menores? ¿Qué ocurrirá en la mente y en la conducta de un plebe que es encerrado en la "Piraña"? ¿Saldrá de ahí deseoso de reintegrarse a la sociedad como una persona de bien?
¿Cómo es posible que habiendo desaparecido, supuestamente, el sitio de castigo denominado la "Rana" en el ahora Cecjude, exista en el tutelar la "Piraña"?
Si se comprueba que la "Piraña" es un calabozo real, las autoridades correspondientes tendrán que aplicar un castigo ejemplar a los inconscientes y desalmados responsables.
¿Qué tal una semanita en la "Piraña? ¿Verdad que no es la misma?
Con todo y la tremenda adelgazada que se pegó el Gobernador Jesús Aguilar Padilla a causa de la intervención quirúrgica a la que fue sometido en Tucson, el 13 de este mes, por un problema en la vesícula, no se resigna a convalecer en una cama.
Ahora sí la Casa de Gobierno le hace honor literalmente a su nombre, ya que el Mandatario la tomó por despacho y desde ahí encabeza la administración de los asuntos del estado, junto con su gabinete.
La posible creación de la Auditoría Superior del Estado corre el peligro de quedar en estado de simulación y gatopardismo.
El surgimiento de este órgano propuesto para revisar el uso y gasto de los recursos públicos, una vez que se hicieron las modificaciones constitucionales, se está debatiendo actualmente en el Congreso sin que a la fecha trascienda a la esfera pública.
De nacer como debe, la Auditoría y su titular tendrían el poder de revisar que todo el dinero que circula en las instancias públicas sea gastado con justificaciones válidas y no en gastos suntuarios de viajes, comidas, hoteles, fiestas y todo lo que uno ya sabe. Es decir, se acabarían las becas para los placeres de los funcionarios.
Sin embargo, fieles a su tradición, los representantes del PRI la están haciendo de tos. La oposición y la aplanadora priista no se ponen de acuerdo en tres puntos básicamente.
Primero: las fracciones opositoras plantean que el Auditor surja de una convocatoria abierta a la sociedad, que los aspirantes concursen por el cargo y que, en este sistema de competencia, se escoja al mejor.
El PRI dice que no, que sean los diputados quienes lo voten y que sólo baste una mayoría simple, léase, aplanadora tricolor.
Segundo: la oposición propone que la ASE reviste todo el gasto de todas las dependencias que manejen recursos públicos, incluyendo con esto, por supuesto, a las llamadas autónomas y paramunicipales.
El PRI dice que no, que sólo audite al Poder Ejecutivo.
Tercero: La oposición quiere que la Auditoría Superior del Estado sea, a su vez, auditada. El PRI no se muestra tan estricto en el establecimiento de controles de autorregulación sobre el propio auditor.
Si hoy no hay consenso entre los legisladores locales es posible que mañana no se le dé primera lectura a una iniciativa que ya tiene años congelada, por cierto.
Lo peor es que, si no hay acuerdo, es muy posible que el martes la aplanadora priista, quizá con apoyo de algunos diputados del PAN, aprueben una Auditoría Superior del Estado balín y plagada de lagunas que, a la hora de revisar el gasto público, se convertirá más bien en artilugios para seguir con el dispendio de los impuestos.
No sería mala idea que hoy la IP comience a presionar.
El dirigente nacional del PAN, Manuel Espino Barrientos, está logrando, sin proponérselo, que las cabezas visibles de otros partidos arropen al Presidente Felipe Calderón, a quien parece tenerle mucha "tirria".
Sus declaraciones en contra del Presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, de quien dijo que ha tenido “una actitud tolerante frente al terrorismo, pretendiendo dialogar con el crimen organizado”, han sido acremente criticadas por la secretaria General del PRI, Rosario Green, y por el Jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard, entre otros políticos.
Green reprochó que Espino haya criticado al presidente español justamente cuando el Presidente Felipe Calderón estaba de visita en España, mientras que Ebrard consideró que las declaraciones de Espino, cuestionando las acciones del gobierno español en contra del terrorismo, se deben a su falta de oficio y criterio políticos.
El PAN, por su parte, trató de restar importancia al desaguisado de su dirigente, al aclarar que sus declaraciones no fueron hechas el domingo, cuando el Presidente Calderón se encontraba en España, sino hace "más de una semana".
Bueno, pues el dirigente nacional del PAN, como muchos mexicanos, sabía de la gira que el Presidente Calderón haría por Europa y que estaría en España, así es de que por prudencia debió dejar para otra ocasión sus declaraciones contra Rodríguez Zapatero.
Hoy se dará a conocer al ganador del Premio Mazatlán de Literatura 2007, así como el título de la obra con la que se hizo merecedor a esta distinción.
Con una tradición de 30 años, este premio ha honrado a las mejores plumas del país.
En 1965, José Gorostiza, autor del poema Muerte sin fin, recibió el estímulo de 15 mil pesos, que era el monto que se entregaba en ese tiempo, equivalente a mil 200 dólares; en cambio, ahora, es de 65 mil pesos.
Entre otros grandes escritores reconocidos con este premio podemos citar a Octavio Paz, Carlos Fuentes, Fernando del Paso, Sergio Pitol, Ángeles Mastreta, Elena Poniatowska, única mujer en recibirlo dos veces, Jaime Sabines, Juan Villoro, Carlos Monsiváis, Emmanuel Carballo, quien fue el triunfador del año anterior con Diario público (1966-1968).