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En ocasión del XII Congreso de las Naciones Unidas sobre Prevención del Crimen y Justicia Criminal Salvador, Brasil, 12 al 19 de abril de 2010 Defensa de Niñas y Niños Internacional (DNI), Movimiento internacional por los derechos de niños, niñas y adolescentes, con estatus consultivo ante el Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas y las Organizaciones abajo firmantes, hacen un llamado a los Estados a tomar acciones inmediatas para garantizar el funcionamiento de sistemas de Justicia Penal Juvenil eficaces, especializados, justos y respetuosos. DNI invita a otras organizaciones que comparten su visión a que firmen la declaración. Para añadir su firma, contactar a Fecha límite: 15 de april del 2010 ------------------------------------------------------------------------ Los niños, niñas y adolescentes son las principales víctimas de la violencia en el mundo. Tal como señalan las conclusiones del Estudio Mundial de las Naciones Unidas sobre Violencia contra los Niños, los entornos en los cuales la violencia es particularmente significativa son: la familia, la escuela, la comunidad y las instituciones del Estado. Un área que refleja crudamente la realidad de la violencia desde las instituciones del Estado es la Justicia Penal Juvenil, referida a la reacción estatal frente a los casos de infracciones o delitos imputados a, o cometidos por, personas adolescentes. Los instrumentos internacionales establecen la especialización de los sistemas de Justicia Penal Juvenil atendiendo a su contenido socioeducativo, considerando la edad de los sujetos, y la imposición de sanciones que no sean privativas de libertad en forma preferente a la privación de la libertad. Asimismo, señalan que los Estados deben dar respuesta a los delitos esforzándose en alcanzar un equilibrio adecuado entre los derechos de las personas adolescentes autoras de la infracción, los derechos de las víctimas y el interés de la sociedad en la seguridad pública y la prevención del delito. Si bien muchos Estados han desarrollado una legislación específica sobre Justicia Penal Juvenil, siguiendo los principios internacionales, aún es necesario desarrollar más acciones para tener sistemas de justicia especializados. Las recomendaciones recurrentes del Comité sobre Derechos del Niño y otros informes internacionales muestran que muchos Estados no han asumido a cabalidad la aplicación de las sanciones socioeducativas establecidas en los compromisos internacionales, ni han asignado los suficientes recursos para una aplicación amplia y efectiva de estas medidas. Al contrario, se mantiene el uso y abuso de la privación de libertad, como se observa en la sobrepoblación de las cárceles. En forma permanente se conocen casos de violaciones de derechos particularmente graves contra personas adolescentes, como los asesinatos, la tortura, los tratos crueles, inhumanos y degradantes, las detenciones arbitrarias o ilegales, además de las ya conocidas críticas condiciones de los centros de privación de libertad. Estas situaciones han sido señaladas en el Estudio Mundial sobre Violencia contra los Niños, en el Informe Provisional 2009 del Relator Especial sobre la Tortura y otros Tratos Crueles, Inhumanos y Degradantes, varios informes de la Organización Mundial contra la Tortura, y en otros estudios internacionales y nacionales. En ese contexto, observamos sistemas de justicia que funcionan en condiciones inadecuadas generando mayor violencia, a la vez que son más acentuadas las preocupaciones sociales por la situación de inseguridad. Esta realidad muestra que no se está brindando ninguna respuesta eficaz a los conflictos generados por los delitos, al contrario, se debilita el Estado de Derecho y permanecen pendientes los compromisos dirigidos hacia la especialización de los sistemas de Justicia Penal Juvenil de acuerdo con los estándares internacionales. Ante ello, las Organizaciones firmantes exigimos a los Estados realizar las siguientes acciones para consolidar sistemas especializados de Justicia Penal Juvenil:
Si bien existen instrumentos internacionales1, ratificados o suscritos por la mayoría de los Estados, para garantizar que los casos de delitos se resuelvan de manera efectiva, eficiente, especializada justa y respetuosa, sin menoscabo de los derechos fundamentales, en la práctica estas normas no se cumplen.
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