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[SAN JOSÉ, 6 de octubre de 2009] - El día de hoy se cumplen 28 años desde que el niño Marco Antonio Molina Theissen, entonces de tan solo 14 años de edad, fue detenido ilegalmente y desaparecido por el ejército guatemalteco, sin que su familia conozca aún su paradero. La desaparición forzada de Marco Antonio fue conocida por la Corte Interamericana de Derechos Humanos a raíz de la denuncia interpuesta por su familia y el Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (CEJIL) en 1998. El Alto Tribunal Interamericano emitió dos sentencias en el año 2004 en las que estableció la responsabilidad internacional del Estado de Guatemala y le ordenó la adopción de una serie de medidas de reparación, que incluyen, entre otras, la investigación, juzgamiento y sanción de los responsables de estas graves violaciones. Asimismo determinó que el Estado debía buscar y entregar los restos de la víctima a su familia, crear un sistema de información genética y adoptar un procedimiento expedito que permita obtener la declaración de ausencia y presunción de muerte por desaparición forzada. El pasado 1 de octubre, el Estado guatemalteco fue llamado a rendir cuentas ante la Corte Interamericana, ya que a más de cinco años de emitida la sentencia de reparaciones estas medidas siguen sin ser cumplidas. En la audiencia, el Estado informó que ha supeditado la búsqueda de los restos de Marco Antonio a la aprobación de la iniciativa de ley para la Creación de la Comisión Nacional de Búsqueda de Personas Víctimas de la Desaparición Forzada y otras Formas de Desaparición, la cual tiene ya tres años de estar en el Congreso sin ser aprobada y no hay visos de que eso suceda en lo futuro. Asimismo, reconoció que no existen avances significativos en la investigación de estas graves violaciones. Por su parte, el Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (CEJIL), representante de las víctimas, manifestó su “profunda preocupación por los escasos avances que se muestran en este caso, después de cinco años de dictada la sentencia” y lamentó que el Estado se limitara a informar otra vez lo que ya había dicho de manera escrita sin que haya resultados reales en ninguno de los puntos pendientes de cumplimiento. Lucrecia Molina, hermana de Marco Antonio, enfatizó ante la Corte IDH que “quisiera encontrar más que palabras” y solicitó del Estado acciones concretas y que la búsqueda de los restos de su hermano no se sujete a ningún proyecto de ley. La familia Molina Theissen y CEJIL, hacen un vehemente llamado para que el Estado de Guatemala lleve a cabo acciones concretas para el cumplimiento de todas y cada una de las medidas ordenadas por la Honorable Corte Interamericana para la reparación de las violaciones cometidas. Ello no solo contribuirá a que el dolor de la familia Molina Theissen no siga prolongándose, sino también a que los familiares de otras miles de víctimas de desaparición forzada en Guatemala tengan a su alcance mecanismos que contribuyan a reparar las violaciones cometidas en su contra. Información adicional