COLOMBIA: Los temas de niñez desplazada se aplazan en la agenda de los gobernantes

En la primera vez en la historia del país, 30 niños y niñas desplazados, provenientes de diferentes rincones del país y originarios de otras, tuvieron la palabra en la Corte Constitucional.

Con el fin de evaluar el cumplimiento del Estado frente el problema del desplazamiento interno, los tres magistrados de la Sala los escucharon en audiencia, así como a los altos funcionarios del Estado y a representantes de las distintas organizaciones presentes.

Sin embargo, a pesar de la importancia, el momento se lo perdieron los ministros de Educación y de Medio Ambiente y Vivienda al mandar a sus delegados.

En la primera fila del auditorio, sentados, con las bufandas, gorros de lana y guantes que Plan Internacional les entregó para soportar el frío y los vientos de la capital, iniciaron la exposición de razones, motivos y sentimientos para reclamarle a la Alta Corte la Protección de sus Derechos.

“Soy de Putumayo, pero vengo de Tumaco”; “soy de Macayepo, pero vengo de Sincelejo”; “soy de Chocó, pero vengo de Córdoba”, empezaba indistintamente la narración de lo que es ser un desplazado desde la niñez.

Y así, se supo que los desplazados del Barrio Nelson Mandela, Cartagena, sueñan con una alimentación que valga la pena; que cuando llueve, el agua se mete en las casas, y que las calles son de un desorden que no se dejan andar.

“No nos atienden porque no tenemos plata. Lo ven a uno por caridad”, reclamó la adolescente de trenzas rizadas y piel negra.

“Los jóvenes desplazados son estigmatizados. Siempre creen que apoyan a los armados. Los paramilitares no dejan andar en grupos, ni permiten la libre movilización. Ellos dicen: ‘los niños buenos se acuestan temprano y los malos los acostamos nosotros’”

“Una vez nos dieron unos fríjoles tan viejos que no ablandaron ni en dos días”, dijo otro joven al relatar serenamente que en su comunidad ya han muerto niños por física falta de alimentos.

Otros pidieron que se incluyera la carne: “Que nos den carne a los niños del Chocó, y que Dios les pague”

Pero qué decir de la educación, reflexionó la adolescente de tez blanca, que nunca se sacó los guantes de sus pequeñas manos: “La Educación es pésima, no tenemos acceso a los avances tecnológicos y no siempre tenemos los $2.000 pesos que cuesta hacer la tarea en un computador”.

“¡Que los padres tengan trabajo!, porque si no, a los niños nos toca salir a trabajar”, reclamó otro niño participante

Y siguieron los reclamos: Hay barreras para acceder a los servicios ofrecidos: carnet para la salud, un uniforme para el colegio, plata para la matrícula. En cambio carecen de programas de salud sexual y reproductiva, viviendas dignas y sobran las amenazas de reclutamiento forzoso por actores armados ilegales.

Desplazados, Invisibles

Así, con la naturalidad de su edad, los niños y niñas narraron los problemas que han enfrentado desde que abandonaron su tierra, sus casas, sus quebradas y sus campos.

Gabriela Bucher, directora de Plan Internacional Colombia, organización que promovió esta audiencia en la Corte Constitucional, señaló que los niños, niñas y adolescentes en situación de desplazamiento son invisibles para los medios, la opinión pública y el Estado. “No hay estadísticas diferenciadas que nos permitan entender el alcance del problema ni por lo tanto hacerle seguimiento”.

Según el informe de la Agencia Pandi Periodismo Amigo de los Derechos de la Niñez que monitoreó durante el año 2005 a varios medios escritos, sólo 5% de las noticias trataban el tema de niñez y de estas sólo el 0.6% hizo referencia a la niñez en situación de desplazamiento, señaló Bucher.

La directora del organismo internacional agregó que a pesar de la connotación de tragedia humanitaria que tiene el desplazamiento y de que la situación vivida no es lo mismo para un niño o un adulto, no existe en las políticas públicas un principio de diferenciación por criterios de edad, género, pertenencia étnica o discapacidad,

“Crecer en situaciones de despojo, miedo, hostilidad, rechazo, rabia y hambre genera incertidumbre y desconfianza. Entre los niños y niñas desplazados, hay sentimientos negativos”, afirmó

Fernando Gómez, del servicio Jesuita para Refugiados y de la Coalición contra la vinculación de niñas, niños y jóvenes al conflicto, hizo evidente que tres años después de que la Corte Constitucional declarara inconstitucionales la situación de la población desplazada, no se ha avanzado nada.

Por el contrario, en la actualidad hay información de nuevos desplazamientos. Afirmó que hoy día a varias veredas les falta una generación. “Hay niños y adultos, pero no hay jóvenes. Cuando un niño llega a los nueve años, las familias empiezan a buscar a dónde mandarlos para protegerlos del reclutamiento forzado. Eso pasa, por ejemplo, en el Sur de Bolívar y en Barrancabermeja”.

Hablan los funcionarios públicos

Muy puntuales llegaron a la audiencia la directora del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (Icbf), las directoras de los programas de Acción Social, y Familias en Acción y los representantes de los ministros de Educación y Vivienda y Medio Ambiente. A cada uno le llegó el turno de hablar y exponer los programas de su entidad por los desplazados.

Sin embargo, el magistrado Manuel José Cepeda encontró pocas respuestas al pedirles que diferenciaran los programas específicos que tienen para la población en situación en desplazamiento, especialmente con relación a niños, niñas y adolescentes, que permitan identificar y proveer sus apremiantes necesidades particulares.

Elvira Forero, directora del Icbf, señaló: “No tiene sentido separar a los niños en situación de desplazamiento, de los otros niños”. Y a paso seguido, informó que a las zonas vulnerables se envían unidades móviles y se establecen hogares comunitarios.

El representante del ministerio de Vivienda y Medio Ambiente, señaló que la responsabilidad de solucionar el problema de vivienda a la población desplazada está en manos de los entes territoriales, y que éstos presentan varias dificultades, entre otras razones, porque faltan ofertas de interés social para esta población.

Ante esto, el magistrado Cepeda pidió que le explicara qué hacía el Ministerio de Vivienda y Medio Ambiente una vez detectaba que un ente territorial no estaba haciendo lo que debía hacer. La respuesta fue lánguida, como la situación: “Es complicado no tener colaboración de las entidades territoriales ya sea en la formulación de planes de vivienda o de financiación”.

Llamado de atención de organismos de control y Acnur

Frente a las respuestas dadas por los funcionarios públicos, los representantes de los organismos de control presentes llamaron la atención a los funcionarios públicos sobre el hecho de que las víctimas del conflicto requieren protección especial.

María Cristina Hurtado, defensora Delegada para la Niñez y la Mujer, señaló que para el Estado es un doble reto: reestablecer los derechos, que a la vez no ha garantizado.

La representante de la Defensoría advirtió que los niños y niñas desplazados están en un círculo vicioso pues el peligro de reclutamiento armado los obliga a continuar en desplazamiento. Y señaló que el 25 % de los menores de edad están de esta forma. Sin embargo el fenómeno es poco registrado y denunciado por miedo a represalias.

La defensora advirtió que el ICBF, aunque cumple con unas responsabilidades generales, debe ofrecer una intervención especializada y diferencial a al primera infancia, que aún no se da.

Las mayores denuncias las presentó Marco Romero, de la Comisión de Seguimiento al señalar que en el escenario ideal de que todos los servicios de salud ofrecidos por el Estado estén llegando a los desplazados, solo el 36% de la población recibe atención en salud. En cuanto a vivienda, solo el 4% de las familias ha recibido subsidios.

Llamó la atención sobre la responsabilidad que tiene cada organismo gubernamental, empezando por la articulación entre ellos. “El asunto no es decir que el gobierno nacional hace mucho, y los gobiernos locales hacen poco. En vivienda es importante hablar de la responsabilidad que tienen los Gobiernos territoriales, pero cual debe ser el indicador de corresponsabilidad para que una familia desplazada adquiera un subsidio completo para tener una vivienda o un cupo en una escuela?”. Y señaló como en materia de atención de desplazados no hay caminos intergubernamentales para dar solución a las urgentes necesidades de esta población.

Cifras para tener en cuenta

  • El último informe de la oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), publicado con motivo del Día Mundial del Refugiado, reveló que en Colombia la cifra de desplazados es de 3 millones de personas, un millón más de las últimas cifras que se manejaban oficialmente. Es decir, un promedio de 700 mil familias
  • El 10% de los hogares desplazados tienen niños de 5 a 11 años de edad, y más de uno trabaja. El 44% de los hogares tiene menores de edad no vinculados al sistema educativo. Según el Estudio de Vulnerabilidad (2006) de la Conferencia Episcopal.
  • El 63% de los hogares desplazados habita en una vivienda inadecuada. El 48% no tiene servicios adecuados. El 61% vive en hacinamiento. Los hogares encuestados declaran presencia de plagas como moscas, zancudos, ratones, cucarachas y malos olores. Revela el Plan Mundial de Alimentos. Reporte sobre riesgos alimentarios en la población desplazada (2003).
  • Los afrocolombiamos representan el 8% total de la población colombiana y son el 11% de la población desplazada. Los indígenas representan el 2% del total de la población del país y el 8% de la población desplazada. ACNUR (2004)
  • En Colombia, la violencia intrafamiliar es del 47.2%, mientras que entre los desplazados alcanza el 62%. Encuesta Nacional de salud (Ends)
  • La Corte Constitucional, en la sentencia T25 de 2004, declaró la existencia de un estado de cosas inconstitucional en el campo del desplazamiento forzado en el país y constató que uno de los grupos poblacionales más duramente afectados en el ejercicio de sus derechos, es el de los menores de edad.

Más información

pdf: http://www.redandi.org/verPublicacao.php5?id=4177

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