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Tres miembros de un equipo de vacunación contra la polio han muerto este martes tras ser tiroteados por dos hombres a bordo de una motocicleta en la ciudad de Karachi, en el sur de Pakistán, según fuentes policiales.
De acuerdo con un miembro de la jefatura de Policía para el este de Karachi, el ataque tuvo lugar pasadas las 11.00 hora local (07.00 hora española) en el barrio de Qayumabad, donde un equipo de inmunización recorría las calles sin escolta policial. Los fallecidos son dos mujeres vacunadoras y uno de los asistentes del equipo.
Se trata del primer atentado ocurrido en 2014 contra los miembros de la campaña de inmunización antipolio en el país asiático, mientras que el año pasado murieron una treintena de vacunadores y escoltas en diversos ataques.
Aunque los talibanes no suelen reivindicar las acciones contra la campaña de inmunización, grupos afines a ellos y con base en el cinturón tribal fronterizo con Afganistán iniciaron en 2012 los atentados contra los trabajadores sanitarios.
Los integristas argumentan que tratar una enfermedad antes de sufrirla es "antiislámico", que la campaña contra la polio forma parte de un complot occidental para esterilizar a los musulmanes y que los vacunadores trabajan como espías para la CIA.
La campaña violenta contra la inmunización ha dificultado mucho la protección de los niños en diversos puntos del país, en especial en el noroeste, y ha ayudado a que se dispare la cantidad de casos de la enfermedad.
Tras registrar 57 casos en 2012, el número se elevó a 91 el año pasado, con lo que Pakistán lidera con creces la clasificación de países con mayor incidencia de esta dolencia, que ataca al sistema nervioso y es de fácil prevención mediante una vacuna oral.
Hace una semana, la Organización Mundial de la Salud (OMS) tachó ala ciudad noroccidental de Pesháwar como el principal reservorio mundial del virus de la polio y vinculó el 90% de los casos registrados en el país a una cepa procedente de esa localidad.
Pesháwar fue el origen, según la OMS, de 12 de los 13 casos que hubo en el vecino Afganistán, y restos de cepas originadas en Pakistán se han hallado en Egipto, Siria e Israel.
La OMS recordó que de los tres países en los que la enfermedad es aún endémica (los otros son Nigeria y Afganistán), Pakistán fue el único donde el número de casos aumentó el año pasado.