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[Tegucigalpa, 13 diciembre 2006] - Alrededor de 444 menores de 23 años murieron de manera violenta en Honduras de enero a noviembre de 2006 a un promedio de 40 por mes, denunció hoy la organización humanitaria Casa Alianza. Los últimos 44 asesinatos de este tipo se reportaron sólo en el pasado mes, el 23 por ciento de ellos contra niñas, niños y jóvenes que apenas rebasaban los 18 años. El informe emitido por esa institución regional, dedicada por casi tres décadas a la defensa de los derechos de los menores sin amparo filial, recordó que esta situación tiene larga data en esta nación centroamericana. Desde 1998 hasta el 30 de noviembre de 2006, Casa Alianza denunció tres mil 395 crímenes contra este sector etario en este país. De esta cifra, mil 993 eran adolescentes y un gran número de sus cadáveres presentaban huellas de posibles ejecuciones extrajudiciales. En este país no se está visualizando ni poniendo atención a las muertes de niñas, niños y jóvenes por causa de la violencia, afirmó el director de esa entidad en Honduras, José Manuel Capellín. El Estado ha sido "incapaz de impulsar verdaderas políticas de desarrollo humano, lo que ha convertido a nuestra sociedad en un caldo de cultivo ideal para el crecimiento fecundo de la violencia contra los niños y jóvenes", opinó. Lo peor, para el directivo de esa institución es que en el 79,41 por ciento de estas muertes se desconoce quiénes fueron los responsables, pese a que se le atribuyó el 14,70 por ciento de estas a supuestos pandilleros y el 5,89 por ciento, a particulares. Según el informe presentado, el 84 por ciento de los fallecidos por estas razones eran varones y el 16 por ciento, mujeres. Para provocar estas muertes, los victimarios siguen apelando a las armas de fuego y a objetos filoso cortantes, más se constataron también lapidaciones y aplastamientos de cráneos. El documento aseguró que los asesinados son "previamente secuestrados en un lugar de la ciudad por hombres fuertemente armados, conducidos en vehículos con vidrios polarizados y sin placas". Posteriormente, agregó, son hallados los cadáveres de las víctimas con evidencia de haber sido torturados y abandonados en cunetas de carreteras o en botaderos de basura. En la mayoría de las ocasiones, esos restos mortales presentan señales de haber sido atados de pies y manos y de certeros disparos a corta distancia en partes vitales de su cuerpo. A pesar de reconocer los esfuerzos realizados por el gobierno de Manuel Zelaya, con tal de reducir la mortalidad infantil mediante programas de salud más efectivos, Capellín enfatizó que la amenaza contra los menores de 23 años no cambia. Honduras, con una población de 7,2 millones de habitantes, es el tercer país más pobre de Latinoamérica, después de Haití y Nicaragua. Reportes policiales coinciden en afirmar que la violencia causa en ese territorio más de ocho muertos por día, cifra que tiende a incrementarse. Más información
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