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El trabajo infantil es un fenómeno indicativo de las condiciones económicas, sociales y políticas de una región. Las cifras de trabajo infantil presentadas internacionalmente muestran que existen entre 250 y 352 millones de niños trabajadores en el mundo.1 De éstos, 48% se encuentra en Asia; 32%, en África, y 7%, en América Latina. Sin embargo, la dimensión real del problema en América Latina se percibe cuando se observan las cifras relativas. En esta región, al igual que en Asia, 20% de la población infantil trabaja.2 El fenómeno está altamente asociado con factores como la pobreza, el desempleo, la falta de escuelas, la distribución inequitativa de los recursos, las discriminaciones de género, raza y clase social, las guerras y conflictos, y las definiciones inadecuadas de la edad adulta. Muchos de los menores que trabajan en los países latinoamericanos lo hacen en las calles. Como ejemplo, algunos estudios muestran que, en Bogotá, 57.3% de los niños trabajadores se dedica al comercio en las calles.5,6 En la capital de México, el trabajo infantil ambulante se concentra en los cuatro primeros sectores de la ciudad, y se estima que existen 1 500 000 niños que trabajan en las calles.7 Este es un fenómeno en aumento que, tan solo en Centroamérica, se ha incrementado 140% durante los últimos 20 años. El trabajo infantil es un flagelo que ha despertado la preocupación de las Naciones Unidas en Latinoamérica, por lo que los países seleccionados en este estudio forman parte del Programa Internacional para la Eliminación del Trabajo Infantil (IPEC, por sus siglas en inglés) de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Esto demuestra que en los países estudiados no se han desarrollado estrategias que contengan o prevengan el fenómeno de manera eficiente, y que las implementadas van dirigidas al control del trabajo infantil en sectores formales de la economía, en su mayor parte.9 El propósito final de este estudio es considerar las variables que permitan entender el trabajo infantil en las calles de algunas ciudades de América Latina y proponer estrategias para su erradicación.