Niños jinetes mongoles: El equilibrio entre la herencia cultural y la seguridad

[ULAN BATOR, Mongolia] – Existe un dicho popular: "Los mongoles nacen en la silla de montar". Resulta imposible imaginarse a los mongoles sin un caballo. Los niños aprenden a montar a la edad de cuatro o cinco años. Desde tiempos remotos, los caballos han formado parte del modo de vida nómada tradicional, y ninguna celebración se considera completa sin una carrera de caballos.

Las carreras de caballos constituyen uno de los tres concursos del Festival de Naadam, que se realiza todos los meses de julio para celebrar la revolución popular. Los niños más jóvenes son los maestros de las carreras de caballos mongoles. Los caballos corren de 12 a 28 kilómetros por la estepa, una distancia que se fija en función de la edad del caballo. En los preparativos para Naadam, los niños participan en varias carreras de práctica y ayudan a los entrenadores a cuidar de los caballos de carreras.

Durante los últimos años, ha surgido una nueva tendencia: el aumento del número de carreras durante el período posterior al Año Nuevo lunar, en los meses de enero o febrero. Las temperaturas por debajo de cero que imperan en ese momento conllevan riesgos mucho más elevados de lesiones y otros problemas de salud. Estas carreras son comerciales, y están organizadas por asociaciones de entrenadores de caballos o adinerados propietarios de caballos.

La evolución del carácter de estas carreras, que pasan de la diversión tradicional a la promoción empresarial de los más ricos, ha ido suscitando gradualmente críticas por parte del público. Las lesiones y las muertes de niños jinetes también han dado lugar a una inquietud creciente.

En mayo de 2006, la cuestión de los niños jinetes se discutió por primera vez con ocasión del Foro Nacional sobre los Niños Jinetes, organizado conjuntamente por el Departamento Nacional de la Niñez, la Comisión Nacional de Derechos Humanos y la Comisión Nacional de Deportes de Mongolia, con el apoyo financiero y técnico del Programa Internacional de la OIT para la Erradicación del Trabajo Infantil (IPEC).

Este Foro reunió a más de 100 niños jinetes de las 21 aimags (provincias) de Mongolia, así como a entrenadores de caballos y representantes de organizaciones deportivas, a fin de discutir la manera de garantizar la seguridad y la protección de los niños jinetes.

De acuerdo con la Ley sobre el Gran Naadam Nacional, los niños tienen que tener al menos siete años de edad para poder participar en las carreras de caballos. Según el decreto del Primer Ministro Adjunto, promulgado en 2005, se exige que los niños lleven cascos de protección, rodilleras y coderas. Sin embargo, la falta tanto de aplicación como de normas aprobadas hace que no todos los niños lleven el equipo o utilicen ropa que responda a las necesidades de protección.

"Se calcula que, cada año, compiten entre 150.000 y 180.000 caballos en 500 carreras, en las que están implicados más de 30.000 niños jinetes", afirma el Sr. Jadamba Dashdorj, Comisario de la Comisión de Derechos Humanos de Mongolia (NHRCM).

A fin de preparar el Foro Nacional, la NHRCM recopiló, con el apoyo del IPEC, información sobre las lesiones y muertes ocurridas durante los tres últimos años. Los resultados resultaron alarmantes. El estudio revelaba un número importante de casos de niños jinetes que sufrían lesiones graves, y en ocasiones mortales, como consecuencia de caídas. "Las carreras de caballos están convirtiéndose cada vez más en un problema de violación de los derechos de los niños", afirmó el Sr. Dashdorj.

En el Foro Nacional, los jóvenes jinetes pudieron hablar acerca de su orgullo por el hecho de serlo, así como de los numerosos desafíos a los que han de hacer frente, tales como las malas condiciones, la actitud de la policía, los organizadores de las carreras, unos servicios médicos inadecuados y dificultades para seguir sus programas de educación.

"Los niños jinetes adquieren destrezas vitales esenciales, buena disciplina, resistencia y gran tolerancia al sufrimiento. Pero las carreras de caballo son un trabajo muy peligroso. Siempre me siento aliviado cuando tanto el niño como el caballo cruzan la línea de meta", afirma la Sra. Purekvkhuu, una entrenadora de caballos del aimag de Huvsgul.

Guardando el debido respeto a la tradición cultural, durante las discusiones se debatió ampliamente la peligrosa situación de los niños implicados en las carreras de caballos. Entre los temas abordados figuraron la necesidad de mejorar la protección legal de los niños jinetes, la imposición del cumplimiento de normas de seguridad, los regímenes de seguro, exámenes médicos anteriores a las carreras y un sistema de premios para los niños jinetes. También se alcanzó un acuerdo para sugerir que se prohíban las carreras cuando las temperaturas bajen por debajo de cero, y que se eleve la edad mínima de los niños jinetes en las carreras de carácter comercial.

El Foro se puso de acuerdo sobre un Memorando de Cooperación de tres años entre la Comisión Nacional de Deportes, el Departamento Nacional de la Niñez, la Comisión de Derechos Humanos y tres de las principales asociaciones de entrenadores de caballos. Las partes acordaron mejorar la legislación sobre la organización de carreras de caballos, garantizar la protección jurídica de los niños jinetes, recopilar y analizar información sobre las lesiones, y supervisar la aplicación de la legislación pertinente. Este es el punto de partida para la búsqueda de soluciones a la abrumadora tarea de preservar la herencia cultural al tiempo que se protegen los derechos de los niños jinetes.

Las recomendaciones del Foro se presentaron el 30 de mayo de 2006 al Consejo Nacional para la Niñez, a cuyo frente figura el Primer Ministro de Mongolia. En la actualidad se están estudiando enmiendas a la reglamentación para las carreras de caballos del Gran Naadam Nacional.

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