La ONU acusa al Vaticano de encubrir los abusos y exige que entregue a los curas pederastas

El Comité para los Derechos del Niño de las Naciones Unidas acusa al Vaticano de encubrir los casos de abusos sexuales a menores para preservar su reputación. Se trata de la mayor crítica a la Iglesia Católica por parte de un organismo internacional. El informe hace también referencia a los casos de niños robados en España.

"El Comité está gravemente preocupado por que la Santa Sede no haya reconocido la extensión de los crímenes cometidos, no haya tomado las medidas necesarias para afrontar los casos de abuso sexual a niños y protegerles, y haya adoptado unas prácticas públicas que conducen a la continuación del abuso y a la impunidad de los perpetradores", dice un informe del Comité conocido este miércoles, según la versión recogida por Reuters.

En un documento inusualmente duro, la ONU pide a la Santa Sede que "retire inmediatamente" a todos los miembros del clero que hayan cometido abusos sexuales a menores, o se tenga la sospecha de ello, y que los entregue a las autoridades civiles, en lugar de moverlos "de parroquia en parroquia" para tapar sus delitos."Debido a un código de silencio impuesto a todos los miembros del clero bajo pena de excomunión, los casos de abuso sexual a niños rara vez han sido denunciados a las autoridades en los países donde ocurrieron", dice el Comité.

El Vaticano viola la Convención

La presidenta del Comité, Kristen Sandberg, ha declarado a AFP que el Vaticano "viola la Convención de Derechos del Niño hasta el momento actual, ya que no hace todo lo que debería hacer".

En una sesión pública en enero, el Vaticano dio cuenta ante la ONU de los casos de abusos y de las medidas tomadas para evitarlos. La Santa Sede, sin embargo, no reveló información sobre los supuestos autores.

El documento de la ONU pide también que la Santa Sede  abra sus archivos sobre los abusos sexuales a miles de niños para que los presuntos autores y "aquellos que ocultaron los crímenes" puedan ser juzgados.

Respuesta de la Santa Sede

El arzobispo Silvano Tomasi, representante de la Santa Sede ante Naciones Unidas, ha calificado el informe como "distorsionado, injusto e ideológicamente sesgado".

En una entrevista a Radio Vaticano, Tomasi ha manifestado que las organizaciones no gubernamentales que apoyan el matrimonio homosexual probablemente han influido en el informe del comité de la ONU.

En el mismo sentido se ha pronunciado el portavoz de la Santa Sede, Federico Lombardi, que ha asegurado este miércoles que "han trabajado y están trabajando mucho" sobre la cuestión de los abusos sexuales.Asimismo,  en respuesta a las críticas a la Iglesia por su postura sobre la homosexualidad, el aborto y los métodos anticonceptivos, ha manifestado que la organización no puede pedir a la Iglesia que cambie sus enseñanzas morales "no negociables".

"Tenemos que responder a preguntas o ataques, muchas veces son presentaciones muy ideológicas o parciales de las cuestiones y tenemos que explicar nuestra posición. De nuestra parte puede ser una contestación de estas recomendaciones porque es un largo proceso el de la convención y el de la relación entre el comité y las respuestas de los Estados", ha precisado Lombardi, como respuesta a una pregunta sobre el informe, recogida por Europa Press.

Las víctimas se muestran aliviadas y emocionadas

La ONU recomienda que la comisión especial creada por el papa Francisco en diciembreinvestigue los casos y "la conducta de la jerarquía católica". La comisión, conocida como el "G-8 vaticano", tiene como objetivo reforzar la protección de los niños y la atención pastoral a las víctimas de los abusos.

Barbara Blaine, presidentade la Red de Supervivientes de Víctimas de Abusos de Sacedortes (SNAP por sus siglas en inglés), ha afirmado que el informe es una llamada de atención.

"Por la seguridad de los niños esperamos que todos los jefes de Estado lean esto y actúen", ha dicho la estadounidense, que fue violada por un cura cuando era una niña.

Entre los asistentes a la lectura del informe en Ginebra esta mañana se encontraba Miguel Hurtado, de 31 años. Sufrió abusos de un sacerdote español cuando tenía 16. 

"Muchas veces a las víctimas no nos han creído. Dudaban de nuestras historias y de nuestros motivos. Pensaban que actúabamos en busca de dinero o para destruir o atacar a la Iglesia", asegura Miguel, aliviado y emocionado.

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