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Miles de menores de todo el mundo han conocido la angustia y el dolor a causa de las prácticas y políticas antiterroristas de Estados Unidos.
Algunos de ellos han permanecido recluidos, prácticamente en régimen de incomunicación, de forma indefinida, sin cargos ni juicio; otros han sido torturados o sometidos a tratos crueles, inhumanos y degradantes; y otros muchos sufren en sus hogares la ausencia de padres, hermanos y demás familiares, recluidos indefinidamente, en ocasiones, desde hace años.
Se trata de Mohammed al-Gharani y Omar Khadr, de 15 años de edad en el momento de su detención, Hassan bin Attash, de 17 cuando fue capturado, y Yousef al-Shehri, de 16 años.
Según informes, otro detenido, Yassar al-Zahrani, contaba 17 años cuando fue detenido. Murió en Guantánamo en junio de 2006: al parecer, se ahorcó.
Sólo se separó a tres de los menores recluidos en Guantánamo de los reclusos adultos, a pesar de que el derecho internacional exige que se proteja en modo especial a los menores de 18 años privados de libertad.
Los demás han sido recluidos en condiciones de igual dureza que los adultos, con periodos prolongados en régimen de aislamiento, separados de sus familias y sin acceso a educación.
Todos los que fueron puestos bajo custodia cuando aún eran menores de edad y trasladados a Guantánamo tienen ahora más de 18 años. Sin embargo, eso no altera el hecho de que el trato que recibieron antes violó principios internacionales relativos al trato de menores.
pdf: http://web.amnesty.org/pages/stoptorture-061120-features-esl